El consumo en el fin del mundo empezó a dar que hablar en los últimos días. Es que Víctor Fera, el dueño de la cadena mayorista Maxiconsumo se reunió con la gobernadora de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, para sellar un acuerdo para el desembarco en la isla de su marca y su política agresiva de precios. Según un estudio de mercado que tiene el empresario y que le mostró a la funcionaria, el mercado tiene un potencial atractivo y aseguran que es capaz de pelearle una porción de la demanda a los dos grandes jugadores que hoy operan allí. La referencia es para la francesa Carrefour y la local La Anónima, empresa que comanda Federico Braun, el tío del secretario de Comercio nacional.
Según confiaron a Letra P fuentes de la negociación, Fera se acercó con un boceto que reflejaba la necesidad de hacerse con dos terrenos de 10.000 m2 cada uno y que albergarán galpones en Ushuaia y Río Grande. En ambas localidades están presentes Carrefour y La Anónima; mientras que en Río Grande conviven además con el hiper mayorista bonaerense Diarco. El plan de Fera es que los supermercados estén levantados en un plazo de entre 12 y 18 meses, y que su apertura genere la creación de entre 4000 y 5000 puestos de trabajo directos. Todas estas promesas interesaron a Bertone particularmente, además de la idea de que el esquema Maxiconsumo genere una mayor competencia de precios.
Hoy, en Tierra del Fuego hay exención de IVA y Ganancias, pero los precios igual son elevados y están casi al mismo nivel que en Buenos Aires, donde esos mismos tributos se vuelcan al valor final de góndola. Pero el empresario se comprometió a trabajar con la logística con una firma propia y costear los valores de llevar la mercadería desde Buenos Aires. Eso es lo que se comprometió hacer, además, ante el secretario de Comercio fueguino, Javier Calisaya. Fuentes locales del supermercadismo que conviven dentro de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) entienden que será complejo que Fera logre instalarse y comerle mercado sobre todo a La Anónima, que casi monopoliza la venta minorista en buena parte de la Patagonia.
La provincia se ofreció a buscarle terrenos públicos disponibles para la instalación de los locales, mientras que es el propio Fera quien da vueltas por la isla sondeando a vendedores de tierras privadas. Cabe destacar que en Buenos Aires Maxiconsumo ya mantiene una guerra feroz con las grandes cadenas de supermercados. Es que, además de tener un mayorista, el empresario es dueño de marcas como Molto y Marolio, que produce a muy bajo precio. Cuando se hizo de las marcas intentó colarlas en las góndolas de los grandes, pero fue imposible. Casi todos los hiper tenían acuerdos con otros gigantes como Arcor, que vendían el mismo producto (arvejas, salsas, etc.) pero a un valor bastante mayor al que quería colocar Fera. El esquema de precios bajos venía entonces a distorsionar una relación de años entre las grandes cadenas y los proveedores de alimentos más concentrados. Un orden que se mantiene por la permanencia misma del negocio.
En este contexto, fueron pocos los que le abrieron las góndolas a Fera, uno de ellos, la estadounidense WalMart. No ocurrió lo mismo con Coto y con Carrefour, que se negaron a vender sus productos haciendo que Fera inicie una campaña en los medios y en el Gobierno para influir y cambiar esa lógica. En el sector algunos bromean con el lado B de estas disputas, una broma del destino: cuentan y se sonríen cuando mencionan que Fera y Alfredo Coto viven uno al lado del otro, en el Country bonaerense San Diego, donde además tiene residencia el vicejefe de Gabinete nacional, Mario Quintana.