Una profunda consternación se vive en Brasil por el Lava Jato, la investigación de alcance mundial donde ahora quedó salpicado el propio presidente de ese país, Michel Temer. El mandatario fue filmado por uno de los dueños de la cadena de frigoríficos JBS, Joesley Batista, cuando avalaba el pago de una coima al ex presidente de la Cámara de Diputados local, Eduardo Cunha, preso desde octubre por el escándalo de Petrobras.
Según reveló el diario O Globo, el poderoso empresario de la carne grabó en forma secreta una conversación con Temer donde pedía que Cunha –quien además fue impulsor de la destitución de Dilma Rousseff- no colabore con los investigadores del Lava Jato, intentando comprar su silencio.
Temer se habría reunido el 7 de marzo con Batista, quien contó al mandatario que efectuaba pagos a Cunha y a su operador, Lúcio Funaro, también detenido, para mantenerlos callados, de acuerdo con el informe. Temer habría respondido “tienes que mantener eso”, en referencia a los sobornos.
Presidencia negó las acusaciones en un comunicado. “Temer jamás solicitó pagos para obtener el silencio del ex diputado Eduardo Cunha. No participó ni autorizó ningún movimiento con el objetivo de evitar delación o colaboración con la Justicia por el exparlamentario”, se indicó oficialmente.
O Globo informó que Batista y su hermano Wesley, los dueños de JBS, intentan cerrar un acuerdo de colaboración con la Justicia, como ya hicieron 77 ex directivos del grupo Odebrecht, implicado en el caso Petrobras.
En la grabación también aparece mencionado, entre otros importantes actores de la política local, el senador socialdemócrata Aécio Neves, quien se enfrentó a Rousseff en la carrera presidencial de 2014. Según Batista, el parlamentario pidió explícitamente una coima de 2 millones de reales, y ahora la Policía Federal allana sus oficinas. El Supremo Tribunal Federal tomó rápidamente cartas en el asunto y este jueves separó de su cargo a Neves y al diputado Rocha Loures (PMDB), quien también aparece involucrado.