El presidente Mauricio Macri volvió a referirse a la crisis política e institucional que vive Venezuela, donde se registraron dos nuevas muertes, y comparó esa situación con la que atraviesa la provincia de Santa Cruz, con una advertencia formulada ante cuatro ex presidentes: “Caminábamos en esa dirección, negando la realidad”.
Macri insistió con ese paralelismo un encuentro organizado por la Fundación Círculo de Montevideo y el Grupo Werthein en el Hotel Sheraton de Retiro, donde se dieron cita los ex mandatarios Julio María Sanguinetti (Uruguay), Felipe González (España), Ricardo Lagos (Chile) y Fernando Henrique Cardoso (Brasil), además de empresarios argentinos y extranjeros.
El Presidente argentino sostuvo que la coyuntura de Venezuela “vale para entender lo la decisión que tomaron los argentinos” después de años donde “lo que buscaba” el Gobierno “era fabricarse sus propias películas, que es lo que hicieron (Hugo) Chávez primero y (Nicolás) Maduro después, negando el deterioro sistemático”.
“Un ejemplo de lo que hubiera pasado si continuaban esas políticas es lo que está viviendo Santa Cruz, donde se gobernó de esa manera por más de 20 años”, disparó, horas después de que la gobernadora, Alicia Kirchner, fuera recibida por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en reclamo por asistencia financiera.
Macri confesó que en Venezuela “sigue sin ver la salida” y lamentó que “este tema de que siempre falta un escalón más para el infierno con Venezuela se ha verificado”. “Hace tres años escuchaba que peor no podían estar… y cuánto peor están hoy, y lo estarán dentro de un mes y dos meses, porque la situación alimentaria, del sistema de salud es catastrófica”.
Ante los ex presidentes, recordó que Lilian Tintori, la mujer del preso opositor al chavismo Leopoldo López, “estuvo en todos los actos de campaña y en el escenario” junto al Pro, y comentó: “Yo quería mostrarle a los venezolanos que estamos con ellos”.
Venezuela respira un clima de violencia instalado hace más de un mes con una ola de protestas contra Maduro, reprimidas por las fuerzas de seguridad, con un saldo de al menos 38 muertes.