Al igual que Expofrut, la principal firma exportadora de fruta en el país, otra de las empresas históricas en Río Negro mantiene en vilo a cientos de familias de General Roca y alrededores. En pleno impacto del estancamiento económico que afecta a una de las emblemáticas economías regionales, Moño Azul decide qué hacer con un alto porcentaje de sus empleados.
Este lunes, desde las 10, trabajadores del empaque se encontrarán cara a cara con representantes de la comercializadora y autoridades de la cartera de Trabajo rionegrina a cargo de Lucas Pica. “Hay compañeros que tienen 40 años de trabajo. En diciembre empezaron a ofrecer plata, haciendo arreglos que no superan el 50 por ciento de antigüedad. Arreglaron 80 y el resto (30) quedamos en la nada”, le dijo a Letra P el delegado del gremio de la Fruta, José Luis Estrada.
Según ratificó el representante de los empacadores, el problema surgió en 2016. En plena crisis económica, sufrieron el peso del ajuste al no ser convocados para la post temporada. En ese lapso, les ofrecieron ir a la planta que tiene la empresa en Villa Regina y hasta trabajar en las chacras pero la propuesta fue rechazada por la pérdida de salario real. “El 28 de enero prometieron algo, hoy hay audiencia. Dicen que no tienen plata”, advirtió Estrada.
Desde que se fusionó, en 2008, con el grupo italiano GF Group, Moño Azul es propietaria de más de 2.500 hectáreas y, procesa y comercializa más de 80.000 toneladas por año demandados por el mercado interno y externo. Llega a todo el país, a Brasil, Estados Unidos, Canadá, Europa, y el continente asiático.
Este portal describió la situación de Expofrut, que inició un lento éxodo para abandonar el corazón económico rionegrino. Entre despidos, y suspensiones, se anticipó el complejo escenario de 2017.
PÉRDIDA. Como grafica un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en cinco años se perdieron 4.000 hectáreas de plantación (se estima además que hay otras 15 mil abandonadas), se perdieron 2 millones de jornales, las exportaciones cayeron 36%, la producción se retrajo 42%, y el sector se descapitalizó en más de US$ 787 millones.