El presidente Mauricio Macri esquivó este viernes la polémica por la condonación de la deuda millonaria del Correo Argentino, ex propiedad de su padre, Franco Macri, y en cambio volvió a referirse a la denominada “pesada herencia” del kirchnerismo por la corrupción en obras.
Macri optó por llamarse a silencio en un acto en San Martín de los Andes, donde inauguró obras en el aeropuerto local, acompañado por el gobernador neuquino Omar Gutiérrez, tras la reunión con mandatarios patagónicos por el lanzamiento de un programa de reactivación de la región.
El jefe de Estado remarcó que “el punto de partida” de su gestión “fue muy duro”, ya que la administración anterior dejó “un país quebrado”, y pidió “que las obras no sean más sinónimo de corrupción”.
“Este año, después de más de cinco años de estancamiento, en los que el país no creció ni generó empleo, vamos a crecer y ya hemos comenzado a generar empleo. Después de un primer semestre muy duro, generamos (en 2016) más de 60 mil puestos de trabajo registrados”, destacó.
Y agregó: “Vamos a crecer en el 18 y en el 19 y vamos a seguir bajando sistemáticamente la inflación, que nos ha dañado tanto, especialmente a los trabajadores”.
En el dictamen que desató el escándalo, la fiscal general ante la Cámara Comercial Gabriela Boquin advirtió que el acuerdo con el Estado Nacional implica una quita de más de 4 mil millones de pesos en la actualidad, y de más de 70.000 millones a 2033, cuando finalice el plan de pagos.
A partir de ese cálculo, la Justicia ya investiga cuatro denuncias penales por una supuesta administración fraudulenta, presentadas por el bloque de diputados nacionales del FpV-PJ, Nuevo Encuentro, el abogado Daniel Igolnikov y el dirigente Juan Ricardo Mussa.
De todos modos, el ministro de Comunicaciones, Oscar Aguad, adelantó que convocará a referentes de la oposición parlamentaria para “buscar una alternativa a lo que se está haciendo”.