ENFOQUE

La trama internacional tras del procesamiento de CFK

Las posibles vinculaciones con el giro de Cristina en la política exterior respecto del caso AMIA en el último tramo de su gobierno. Irán, Nisman, Stiuso, Trump y la tercera guerra mundial en partes.

 

Para empezar, es interesante recordar que, tanto durante el gobierno de CFK como del de Néstor Kirchner, Argentina tuvo una posición de firme sintonía con Estados Unidos e Israel en relación a los atentados a la AMIA y a la Embajada israelí. Producto de ese posicionamiento, que se expresaba públicamente todos los años en la Asamblea Anual de la ONU, es que Alberto Nisman era el fiscal de la causa y el espía Stiuso, el hombre fuerte de la inteligencia argentina.

 

La foto final del gobierno de CFK, plenamente alineada con el eje bolivariano de Hugo Chávez y Raúl Castro, enfrentando al estadounidense Barack Obama en los foros internacionales y retomando históricas consignas antiimperalistas de los 70 en el marco del conflicto con los fondos buitres, no fue el tono predominante durante los 12 años de kirchnerismo.

 

Como en tantas otras cosas, con Kirchner en vida y probablemente al mando del timón del poder, había oscilaciones en lo que Juan Domingo Perón decía que era la única política real, la política internacional, pero con Estados Unidos en particular nunca se cruzó la línea roja del punto tal vez más sensible para Washington, que es el terrorismo internacional. En términos concretos: una cosa era decirle No al ALCA y otra muy distinta, decirle Sí a Irán.

 

La pregunta que se impone es, entonces, qué llevó a CFK a modificar esa posición, teniendo en cuenta que era plenamente consciente del riesgo que implicaba involucrarse en un conflicto – el de los persas con Occidente – que se hunde en lo profundo de la historia y que la maquinaria de Hollywood, siempre atenta a la sensibilidad del poder político para poder conseguir financiamiento, supo oportunamente expresar en la película “300”.

 

 

Alguna respuesta podemos encontrar en el último discurso de CFK en la ONU, el 28 de septiembre de 2015. Allí, Cristina relató cómo un asesor de Obama en temas nucleares, Guy Samore, le pidió en 2010 en Buenos Aires al entonces canciller argentino, Héctor Timerman, colaboración argentina para reconvertir uranio enriquecido iraní en combustible y evitar su utilización militar. Esto, en el marco de las conversaciones de paz que mantenían desde 2008 Estados Unidos y otras potencias occidentales con Irán, que derivaron en un acuerdo firmado en julio de 2015, acuerdo que hoy Donald Trump puso en crisis.

 

Según CFK, cuando Timerman le informó del pedido estadounidense, ella pidió que fuera por escrito http://www.ambito.com/809746-uranio-a-iran-que-lo-pidan-por-escrito-cristina-a-obama-2010 dada la alta sensibilidad del tema y, sobre todo, porque Argentina no mantenía buenos vínculos con Irán, ya que señalaba entonces al país persa por falta de colaboración en el esclarecimiento de los atentados.

 

Samore habría quedado en confirmar pero nunca lo hizo – se abre aquí la grieta con dos versiones - y CFK dice que interpretó ese pedido y las conversaciones de paz globales como un aval implícito para que Argentina también buscara su propio acuerdo de paz con los iraníes. Timmerman agrega que un posterior diálogo con Samore en 2011 en la ONU funcionó de notificación informal a Estados Unidos de que nuestro país buscaría sus propios acuerdos con Irán.

 

 

 

Surge entonces el segundo interrogante importante: ¿Por qué CFK que, en 2010, fue razonablemente prudente y pidió por escrito el pedido de colaboración, tres años después firma el famoso memorándum que generó el rechazo de Nisman – que implícitamente involucraba el rechazo de Estados Unidos e Israel – y terminó con la irresuelta muerte del fiscal y podría incluso llevarla a la cárcel?

 

¿Cobran vigencia los argumentos nunca confirmados de que Chávez fue el que convenció a CFK de buscar acuerdos con Irán y alejarse definitivamente de Estados Unidos? ¿Pecó de inocente la ex presidenta creyendo que el acuerdo macro habilitaba acuerdos micro? ¿Privilegió el escenario local y su giro a la izquierda sin medir las consecuencias que tendría a nivel internacional?

 

Que el pedido de desafuero a CFK haya llegado al día siguiente de que Trump anunciara simbólicamente que Estados Unidos reconoce a Jerusalén como la capital de Israel, en el marco, además, de un fuerte alineamiento de Argentina con Israel simbolizado en la histórica visita del primer ministro Benjamín Netanyahu, le agrega, por si hiciera falta, más condimentos a esta compleja historia que, como la del submarino,  pone a Argentina en la tercera guerra mundial por partes que denuncia, desde Roma, otro argentino, el papa Francisco.

 

Florencio Randazzo, Juan Schiaretti y Julio Zamora, una foto celebrada en el Panal cordobes.
Tridente. El intendente de Santa Fe, Juan Pablo Poletti, con sus dos secretarios, Mastropaolo y Boscarol. 

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