Los esfuerzos de Cambiemos por aprobar en la recta final del año el Presupuesto 2018, en un debate a ritmo acelerado, tuvieron un éxito efímero. Los anuncios económicos que el Gobierno formuló este jueves terminaron de enterrar un proyecto que había sido sancionado apenas horas antes en el Senado, con apoyo del PJ “dialoguista”.
El proyecto de gastos y recursos para el año próximo estimaba una inflación consistente con la meta original del Banco Central (BCRA), fijada en 10% con un margen de +-2%. Pero el Gobierno resolvió este jueves alterar esa previsión y proyectó un índice del 15% para 2018, del 10% para 2019, e incluso se animó a calcular un 5% para 2020, más allá de la gestión de Mauricio Macri.
El Presupuesto nació muerto desde el momento en que fue remitido al Congreso, el 15 de septiembre pasado, cuando fue defendido en la Cámara de Diputados por el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne. Dado que esa es la fecha límite para enviar el proyecto, el debate se vio interrumpido por las elecciones legislativas de octubre, y fue retomado después del triunfo de Cambiemos, con la nueva composición parlamentaria.
Así las cosas, las reformas que Macri envió al Parlamento post-victoria en las urnas -tributaria, previsional, el Consenso Fiscal y la Ley de Responsabilidad Fiscal- fueron debatidas con estimaciones presupuestarias ya formuladas por el Ejecutivo, lo que despertó críticas desde varios sectores de la oposición.
La iniciativa fue aprobada en Diputados con 165 votos a favor, 65 en contra y una abstención, mientras que en el Senado recibió este miércoles 54 votos a favor y 14 en contra. En ambos casos, Cambiemos contó con el apoyo del interbloque Argentina Federal, que representa a los gobernadores del peronismo. Pero la ley vivió apenas algunas horas.