El ex presidente Eduardo Duhalde se refirió a los hechos de violencia y la represión sucedida en las inmediaciones del Congreso en momentos en que el oficialismo buscaba avanzar con la reforma previsional y consideró que es “responsabilidad es de quienes gobiernan”.
"(El ex presidente Raúl) Alfonsín decía 'cuando no hay diálogo, hay violencia'. Acá no se resuelven las cosas peleándonos, por el contrario”, sostuvo el ex gobernador bonaerense entrevistado en “Toma y Daca” emitido por Radio El Mundo y remarcó que la “responsabilidad es de quienes gobiernan”.
En esa línea, sostuvo que "la violencia en el Congreso empezó adentro. Los ejemplos se dan en el Parlamento y las actitudes violentas se trasladan a la sociedad. Afuera todo es convulsión, todo es pelea".
“Lo primero que tenemos que hacer es pacificar el país", señaló Duhalde que estuvo al frente de la presidencia entre enero del 2002 y mayo del 2003. “Hay una violencia institucional instalada en muchos sectores de la población que están viviendo situación de pobreza, pero si le agregamos la violencia de los sectores medios, se genera un clima y se empieza a tener miedo”, agregó y llamó a la implementación del “Diálogo Argentino que siempre impulsó la Iglesia católica".
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Consultado por el tratamiento que hizo la administración de Mauricio Macri para avanzar con el paquete de reformas, y que tuvo su nivel de mayor tensión ante el avance de las modificaciones en el régimen jubilatorio, indicó: "Manejaron muy mal la reforma previsional. No hubo mesa de diálogo serio consenso"
“El error es de origen. Creer que uno puede tomar decisiones de un día para otro y hablar de mesa de consenso, cuando en realidad no la hubo. Hubo ‘toma y daca’ con los gobernadores, que no es de consenso, sino de intereses”, analizó el ex mandatario.
Duhalde, si bien destacó “no estar de acuerdo con este gobierno”, consideró que “hay que colaborar si estamos de acuerdo con la democracia"
Finalmente, en el marco de la represión desplegada en las inmediaciones al Congreso Nacional, fue consultado si la situación recordó los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, muertos a balazos por efectivos por la Policía Bonaerense, indicó: "Claro que reviví lo de Kosteki y Santillán" y agregó que con ese “caso se ponía en riesgo uno de los tres objetivos que me había puesto cuando asumí: pacificar el país, mantener el sistema democrático y salir del modelo económico impuesto por el gobierno militar. La pacificación es importante”, remarcó.