Con la reforma previsional ya aprobada en el Congreso -pese al multitudinario rechazo social que provocó la iniciativa oficialista-, ahora el presidente Mauricio Macri tendría en mente avanzar en un futuro cercano con otro plan que, de prosperar, generaría otra polémica de fuerte impacto. "Va por las sociedades anónimas deportivas", repiten, alarmados, dirigentes del fútbol argentino, pese a que advierten que casi en su totalidad las comisiones directivas están en contra de la inserción del capital privado en los clubes, que en Argentina -a diferencia de Europa- cumplen un importante rol social, muchos de ellos dedicados a los jóvenes con pocos recursos en las zonas más humildes. En el bloque oficialista de la Cámara de Diputados niegan la existencia de tal proyecto, "por el momento". El presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, ya se manifestó al respecto: "En mi modelo de fútbol, esto no va".
En febrero de este año, Letra P habló con Andrés Urich, el abogado representante de todo el fútbol de ascenso, que por ese entonces se encargaba de redactar el nuevo estatuto de AFA. "Lo primero que corregimos y adaptamos fue este tema", dijo hace casi un año en referencia al borrador que había enviado la FIFA, que daba pie a la habilitación de las sociedades anónimas deportivas.
Es que lo que hacía mucho ruido en aquel entonces -fundamentalmente en los dirigentes del ascenso- era concretamente el punto 2 del artículo 10 del borrador del estatuto enviado por el organismo que preside Gianni Infantino: "Toda persona jurídica que desee convertirse en miembro de la AFA presentará una solicitud por escrito ante la secretaría general de la AFA". En el siguiente punto se especificaban los requisitos. ¿Por qué la polémica? Porque, al hacer mención solamente a "personas jurídicas", implícitamente se abría la puerta a que una sociedad anónima pudiera serlo.
Casi un año después, dirigentes de clubes -principalmente del ascenso- alertan por lo bajo sobre un nuevo intento presidencial de avanzar con su idea de permitir las SAD -Sociedades Anónimas Deportivas- en el fútbol argentino, aunque por el momento descartan que esto pueda avanzar, al menos en el corto plazo.
"En el fútbol no hay el más mínimo consenso para habilitar las sociedades anónimas", remarcó con insistencia, en diálogo con Letra P, el presidente de una histórica institución del ascenso. Y agregó: "Para que el Gobierno intente avanzar con esto, necesita otra coyuntura: que haya clubes que exploten, que vayan a la quiebra, para entonces sí plantear una alternativa a un sistema en caída libre".
En 2001, Macri había propuesto las sociedades anónimas, pero fracasó.
En la misma línea, otros dirigentes se posicionan en la vereda de enfrente del plan macrista y alertan sobre el peligroso accionar que, a su entender, está llevando a cabo la gestión de Cambiemos. "No creo que en este momento Macri se meta en una pelea que ya la intentó fuerte en el medio de una crisis hace más de un año y no pudo avanzar; y mucho menos en este contexto, porque no tiene el más mínimo consenso", analizó otro presidente del ascenso, que resaltó el último episodio en el Congreso, donde los diputados sancionaron la reforma previsional en el marco de una multitudinaria protesta en los alrededores, con destrozos de un grupo de manifestantes y violentos ataques por parte de la Policía en las calles porteñas.
"El rumor de que el Gobierno vuelve a la carga con esto es cierto, pero en AFA hay plena resistencia", le dijo a este portal un dirigente de la política y el fútbol.
El panorama en este sentido es claro: ni el ascenso ni el presidente Tapia ven con simpatía la aparición de las SAD. Por el contrario, las combaten. “En mi modelo de fútbol, las sociedades anónimas no van”, sentenció el titular de la Asociación del Fútbol Argentino en agosto, en una entrevista con el suplemento Enganche de Página 12.
"Yo siempre digo que la contención social que realizan los clubes es importantísima. A veces los clubes llegan a los lugares a los que no llega el Estado. Los clubes sacan a los pibes de la calle y les dan refugio a sus padres y a sus hermanos. Yo estoy identificado con el rol social de los clubes y eso es lo que quiero transmitir. Es muy difícil acá el tema de las sociedades anónimas. Creo que tal vez tengan una posibilidad en Europa, que es primer mundo y es algo diferente a lo nuestro. Yo he visitado clubes europeos que no tienen ni inferiores. Y acá eso no existe. Te digo la verdad: en mi modelo de fútbol, las sociedades anónimas no van", dijo Tapia.
"Macri va por todo, pero le está costando eso", analizó otro dirigente en diálogo con este portal, alertado por cómo el Gobierno avanza en el Congreso imponiendo proyectos que despiertan un alto rechazo en la sociedad. Las SAD, señala, van en esa tónica. "Si avanza con esto, en este momento, sería chocarla", agregó la fuente consultada.
En el mundo del fútbol aseguran que el proyecto ya está elaborado y que lo guarda bajo siete llaves el diputado Nicolás Massot, presidente del bloque PRO en la Cámara baja. Pero, ante la pregunta de Letra P, en su entorno negaron su existencia: "Está dedicado al Presupuesto; no hay nada de eso por el momento y no existe tal proyecto". Por su parte, la oposición peronista ya anticipa por lo bajo que, si se llegase a tratar un proyecto de estas características en el Congreso, se opondría.
"Macri va directo a una pared de hormigón con el tema de las SAD", definió un opositor.
En 2016 -quince años después de haber propuesto formalmente una reforma para avalar el ingreso del capital privado a los clubes, cuando era presidente de Boca-, el líder del PRO dijo en un reportaje concedido a la agencia Associated Press (AP) que “debe ser optativo” para los clubes continuar siendo asociaciones civiles o bien convertirse en empresas. “En un mundo donde todos apuntamos a elegir en libertad, que los socios de cada club elijan”, remarcó.
En 2001, el cachetazo se lo había dado Julio Humberto Grondona: “Fue mi mayor fracaso político. Mi propuesta perdió por paliza, 38 a 1. El único voto a favor fue el mío. Busqué transparentar al fútbol, darle otro orden”, recordó el actual jefe de Estado.
En aquel año, había una experiencia de ese tipo: Racing. El presidente de Blanquiceleste S.A., encargada de administrar el gerenciamiento, era Fernando Marín, quien años después sería el último director de Fútbol Para Todos, el residuo kirchnerista que Cambiemos, con Marín a la cabeza, sepultó finalmente este año.