El gobernador Miguel Lifschitz avaló el jueves el acuerdo fiscal que ideó el Gobierno nacional y al que se sumaron todas las provincias del país, excepto San Luis. Lo hizo en tiempo de descuento y se trajo como premio consuelo el compromiso del Ejecutivo de abonar la deuda coparticipable que tiene el Estado nacional con Santa Fe, que el socialismo calcula en 50 mil millones de pesos. Pero eligió subirse al tren cambiemista. Ese festejo le duró un puñado de horas.
Apenas dos días después, el ex gobernador Antonio Bonfatti rechazó los proyectos de reforma tributaria, laboral y previsional que impulsa el gobierno de Cambiemos y desató, así, un nuevo capítulo de la interna socialista.
El actual presidente de la Cámara de Diputados santafesina fue durísimo con el macrismo en el marco de una reunión del Comité Ejecutivo Nacional y el Consejo Federal del Partido Socialista. Allí se declaró la “clara oposición” a la avanzada de proyectos de Cambiemos, porque su aplicación “traerá como consecuencia la pérdida de poder adquisitivo de los salarios y jubilaciones, afectando principalmente a los sectores de menores ingresos de la sociedad y a los jubilados, en beneficio de los más tienen”.
Lifschitz sorprendió el domingo en Clarín al revelar que, luego de un inicio convulsionado, forjó una “buena relación” con el presidente Mauricio Macri. “Le mando mensajes y me contesta al toque”, dijo el pragmático socialista.
Pero así como el actual mandatario se preocupa por ser medido con sus críticas hacia la Casa Rosada y revela sin dificultades el feeling que supo construir junto a Macri, en la otra ala del partido que gobierna Santa Fe no dejan de calificar al PRO y a sus aliados como la derecha argentina.
Bonfatti es de un tono mucho más ideológico que Lifschitz y así lo hizo sentir en el documento que referentes socialistas “de todas las provincias” firmaron el fin de semana. Identificaron en el gobierno un “claro perfil de derecha”, cuyo triunfo se vio posibilitado por “ausencias de políticas estructurales que debieron profundizar avances para garantizar el acceso de nuevos derechos para la ciudadanía y un entramado de corrupción estructural que caracterizó al gobierno anterior”.
El documento también aventura los resultados que traerán las reformas que planea Macri y que aún deben conseguir el aval del Congreso. “Estas medidas profundizarán las que se vienen implementando en los dos primeros años de gobierno con tarifazos y aumentos de los productos de la canasta básica, concretando una creciente transferencia de ingresos desde los asalariados hacia los sectores concentrados de la economía y endeudando al país con los mercados internacionales de capitales”, apuntaron los socialistas.
