Luis Miguel Etchevehere iniciará este martes su gestión al frente del Ministerio de Agroindustria con una agenda densa y urgente: la necesidad de llevar a cabo los “ajustes” que pide el Ministerio de Modernización para el INTA y el SENASA y el objetivo de lograr aprobar una Ley de Semillas en el Congreso.
La semana pasada, Etchevehere fue delineando los cambios en el organigrama de la cartera del agro, asesorado por sus hombres de mayor confianza en la Sociedad Rural (SRA), pero con el mandato de que haya la menor cantidad de “pases” desde la entidad a Agroindustria. La lógica de la decisión es evitar las críticas y que la gremial del campo más históricamente asociada a los sectores tradicionalistas no cope la cartera de Paseo Colón.
Esa mecánica se impuso en los primeros cambios, donde el único ex SRA es Santiago del Solar, que va a ser el jefe de Gabinete de Etchevehere. Del Solar se desempeñaba hasta la semana pasada como secretario de Acción Política de la entidad, pero está mas asociado a los grupos CREA que a la gremial. Quien siguió de cerca todos los movimientos y analizó parte de los curriculum que llegaron a Etchevehere esta semana fue David Lacroze, directivo de la Rural y amigo personal del presidente Mauricio Macri.
El principal cambio se terminó de definir el jueves cuando, ante la negativa de algunos empresarios de sumarse al equipo de Agroindustria, Etchevehere decidió que sea Guillermo Bernaudo, ex jefe de Gabinete de Ricardo Buryaile despedido elegantemente a mediados de año, quien tome las riendas de la Secretaría de Agricultura, una especie de viceministro con perfil más técnico.
EL RECORTE. La llegada de Bernaudo implica que Ricardo Negri, que venía desempeñándose como secretario de Agricultura, se haga cargo de la presidencia del SENASA, un organismo clave para las exportaciones, que hasta ahora manejaba Jorge Dillon, un funcionario histórico que incluso llegó a respaldar la candidatura bonaerense de Aníbal Fernández en 2015.
La llegada de Negri preocupa bastante a los trabajadores del organismo. “Tuvimos a la gente de Modernización un año adentro del SENASA y todavía no entienden qué hacer con el organismo, pero falta presupuesto y esperamos que haya algún tipo de recorte”, confió a este medio uno de los dirigentes gremiales más fuertes de la institución.
Más difícil es el caso del INTA. Un informe interno del Ministerio de Modernización estableció que en esa dependencia se necesitan entre 780 y 1020 cesantías, lo que motivó reacciones internas y la alerta de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Con ese trasfondo, Etchevehere todavía no encontró un hombre que se haga cargo del Instituto que hasta ahora preside Amadeo Nicora, pariente de Buryaile.
SEMILLAS, EN LA MIRA. Uno de los temas pendientes es la sanción de una nueva ley de Semillas. El discurso de productividad y competitividad que venía llevando Etchevehere para el futuro del campo incluye nuevos eventos biotecnológicos, que para las empresas necesitan “sí o sí” de un nuevo marco legal que les permita captar mayores rentas por sus productos.
“Etchevehere está bien perfilado, inclusive desarrolló una buena relación con el presidente de Monsanto. Nosotros creemos que va por el buen camino”, dijo a este medio un directivo de una multinacional del sector semillero. Esa posición positiva se vio matizada al final de la semana pasada, cuando se conoció el regreso de Bernaudo a Agroindustria. En 2016 fue muy criticado por el sector por el proyecto de ley de semillas que impulsó cuando fue jefe de Gabinete de Buryaile. Hoy, para los semilleros, se trata de un hombre “hostil” para sus objetivos.