De madrugada y casi en soledad, Fernando Espinoza firmó la nómina que lo ubica como candidato a la presidencia del PJ bonaerense.
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De madrugada y casi en soledad, Fernando Espinoza firmó la nómina que lo ubica como candidato a la presidencia del PJ bonaerense.
Fue luego de una jornada de intensas y frustradas negociaciones. Horas antes, el intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, había hecho lo propio.
De esta manera, el próximo 17 de diciembre, el PJ bonaerense tendrá elecciones internas para definir una nueva conducción del partido.
Una vez más, el peronismo y el kirchnerismo no pudieron resolver una lista de unidad que ordenara el juego electoral de cara a las futuras elecciones de 2019.
Espinoza no quiso abandonar su idea de la reelección, aun cuando Máximo Kirchner, como jefe de La Cámpora, lo despojó de su candidato a vice, el intendente de Moreno, Walter Festa.
Era ya la madrugada de este viernes y las negociaciones se habían estancado. En este contexto, Menéndez presentó su candidatura. Lo hizo con el aval de sus pares de la Primera sección electoral y del grupo de jefes comunales “dialoguistas” con el gobierno de Cambiemos, integrado, entre otros, por Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Hugo Corvatta (Saavedra) y Juan Pablo De Jesús (La Costa).
Este sector, que inicialmente apostaba a un candidato intermedio como Fernando Gray (Echeverría) o Alberto Descalzo (Ituzaingó), inclinó la balanza hacia Menéndez, en el marco del reparto de autoridades legislativas de la Cámara de Diputados bonaerense, que se discute por estas horas.
Los alcaldes que negociaron el tratamiento del presupuesto y el endeudamiento con la gobernadora María Eugenia Vidal apuestan a ubicar en la vicepresidencia de la Cámara a uno de su sector y como jefe del bloque PJ al ex intendente de Florencio Varela, Julio Pereyra.
Menéndez cuenta además con la cercanía de figuras del Frente Renovador y de los intendentes de Cumplir, que en la pasada elección jugaron con Florencio Randazzo.
Uno de los motivos por el que muchos dudaban de su postulación es la causa judicial que lleva sobre sus espaldas y que irónicamente se denomina “mochila verde”.
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El jefe comunal está acusado de defraudar al Estado en una causa iniciada diez años atrás, cuando se desempeñaba como funcionario de Loterías y Casinos y donde se investiga la desaparición de 600 mil pesos
ROSCA. Durante la tarde del jueves, cuando la negociación estaba en plena ebullición, hubo intentos y enroques para destrabar la pelea que tenía a Espinoza como principal protagonista.
El diputado nacional electo, que tuvo un fuerte acercamiento a CFK durante la gestión y la campaña de Unidad Ciudadana, no quería abandonar su candidatura.
Cuando desde su entorno propusieron a la jefa comunal de La Matanza, Verónica Magario como posible sustituta, ya era tarde.
“Esa propuesta entraba en consideración diez horas antes, ahora ya no tiene sentido” le dijeron los “dialoguistas” a los matanceros.
La negociación se volvió a empantanar, aunque a esa altura todos los cañones apuntaban a Espinoza, quien no abandonó su candidatura. Su posición casi obstinada representa para algunos una jugada política tendiente a posicionarse mejor en una nueva negociación.
En siete días vence el plazo para la impugnación de candidatos y comienza el traslado a los apoderados de las impugnaciones de los mismos. En 12 días la Junta Electoral deberá expedirse sobre la habilidad de las listas presentadas y de los candidatos objetados.
Este tiempo podría servir para nuevas negociaciones que eviten una interna cercana a las fiestas de Navidad y Año Nuevo.
Desde La Cámpora no abandonan la idea de unidad, por eso se declararon “prescindentes” en esta interna, donde, según aclaran a esta portal, puede haber algún candidato camporista en las nóminas locales, o seccionales, pero atado a decisiones de representación regional.