El ministro de Salud, Jorge Lemus, presentó este lunes por la noche su renuncia. Fue apenas un par de horas después de que el presidente, Mauricio Macri, protagonizara su gran acto de gestión en el Centro Cultural Kirchner (CCK), ante un auditorio que incluía su gabinete en pleno, casi todos los gobernadores, ministros de la Corte Suprema, sindicalistas y empresarios.
En su lugar asumirá el mando de la cartera sanitaria el actual número dos, Adolfo Rubinstein. El desembarco le permitirá al radicalismo quedar al frente de otro ministerio.
Lemus acompaña a Macri desde la gestión porteña, donde ocupó también la cartera sanitaria. La buena estrella de Rubinstein creció en los primeros días de enero de este año, cuando el virtual números dos, Néstor Pérez Baliño, presentó su renuncia y le dejó el campo libre a Rubinstein, un militante radical, con un master en Epidemiología por la Universidad de Harvard y hombre de confianza del mendocino Ernesto Sanz, dos veces titular del radicalismo y una de las figuras con mayor gravitación en el entorno boiniblanco del Presidente.
Fuentes de la UCR confiaron a Letra P que el flamante ministro acompaña al ex titular partidario desde su primera precandidatura presidencial en 2011. Integró desde entonces sus equipos técnicos en materia sanitaria y cuando comenzaron los movimientos telúricos alrededor de Lemus, con la renuncia de Pérez Baliño, Rubinstein tuvo un cargo de relacionado a su especialidad y tuvo como ladero a otro hombre de la UCR: Eduardo Epstein, que ya lleva 10 meses como titular de la Secretaría de Estrategias de Atención a la Salud.
En la comunidad académica de sanitaristas, Rubinstein es reconocido como uno de los referentes en materia de salud pública de la UCR dentro de Cambiemos. En agosto de 2015, poco antes de las elecciones presidenciales de ese año, el especialista aportó su punto de vista programático partidario en el debate electoral sobre las políticas de salud pública que había organizado la Universidad ISALUD, creada por Ginés González García, ex ministro de esa materia entre 2003 y 2008.
QUÉ PIENSA RUBINSTEIN. “Desde los 90 –y mucho antes también– vengo escuchando hablar de la atención primaria de la salud, considerada como un conjunto de programas, destinados a cubrir necesidades de la población más vulnerable, y ese es el marco en el cual se ha desarrollado en la Argentina y en muchos países latinoamericanos. Pero jamás fue pensada la atención primaria para el conjunto de la población. ¿Y cuál es el problema cuando se generan este tipo de sismas o grietas? Por un lado se les brinda el servicio a los que menos tienen, mientras que los grupos con recursos medios, siguen recibiendo la atención de los modelos tradicionales que en la Argentina ofrecen las obras sociales y las prepagas, donde uno va a donde cree que está mejor. Ahí los servicios se presentan más como si fueran commodities, y ese ha sido el grave error en la Argentina porque es lo que ha hecho dividir al sistema”, diagnosticó por entonces el ahora ministro.
“Hay que empezar a definir las políticas de coberturas, sobre todo por las nuevas tecnologías, con otros criterios, donde se empiece a evaluar cuál es el beneficio que éstas tienen sobre lo que ya se está haciendo, frente al costo marginal y la preferencia social, incluyendo su impacto presupuestario. Estas cuestiones tienen que ser analizadas de manera formal como se aborda en los países más desarrollados y se lo está haciendo ahora en muchos países latinoamericanos con la creación de agencias de evaluación de tecnologías donde se comienza a trabajar con grupos técnicos que evalúan cuál es el verdadero aporte que cada nueva tecnología hace al mejoramiento de la salud, en determinados grupos poblacionales y en función, también, de cuáles son los costos que la población tiene que pagar para poder gozar de dicho beneficio. La Argentina ha desarrollado sus recursos humanos a la par de la falta de planificación y regulación, y hoy es el país que tiene mayor número de médicos per cápita en la región, además de tener una mala distribución y que todo lo concentra en los grandes centros urbanos”, consideró, casi en un anticipo de la concepción sanitaria que el Ejecutivo estrenó en la Provincia de Mendoza, mediante el estreno de la Cobertura Universal de Salud (CUS).