El perro presidencial Balcarce, presentado por Mauricio Macri a pocos días de asumir la primera magistratura, encontró reemplazo. Al menos por una noche, el can del PRO pasó a segundo plano cuando un caniche marrón irrumpió en el búnker de Cambiemos y acaparó todas las miradas de funcionarios, dirigentes y candidatos que desfilaban por el complejo Costa Salguero.
El animal ingresó directamente al VIP en donde candidatos y funcionarios de peso del Gobierno nacional, de la provincia y la Ciudad de Buenos Aires aguardaban por el inicio de la carga de votos para conocer las primeras tendencias. El caniche hizo su entrada triunfal después de las 20, se acomodó bajo una mesa, fue fotografiado por algunos curiosos y luego nadie lo volvió a ver.
Una de las curiosas fue la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que hizo gala del perfil bajo desde la mañana y este domingo se quedó en la zona VIP del complejo en donde el PRO espera resultados electorales desde el año 2007. La funcionaria nacional fue muy temprano a sufragar para evitar el contacto con la prensa y, producto de esa decisión, evitó un escrache que se estaba tramando en su contra.
Mientras corrían las bandejas con medialunas rellenas de jamón y queso, alfajores de maicena y vasos de café, el pichicho hacía gala de su belleza y husmeaba en el piso del coqueto salón ubicado en la Costanera Norte de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Por una noche, el caniche marrón se llevó todas las miradas del PRO y eclipsó a Balcarce, el can macrista que se fotografío en el sillón de Bernardino Rivadavia en la Casa Rosada y en la Quinta de Olivos.