El titular del Complejo Teatral de Buenos Aires, Jorge Telerman, se cansó de administrar las salas porteñas y apunta a quedarse con el Ministerio de Cultura, que conduce el compositor Ángel Mahler tras la catastrófica renuncia de Darío Lopérfido, salpicado por polémicas declaraciones en torno al número de desaparecidos durante la última dictadura militar.
Le pasó con el ex Grupo Sushi y le sucede con el histórico socio de José “Pepito” Cibrián Campoy: Telerman le juega la interna al ministro de Cultura porteño y genera tensiones en el prolijo y ordenado gabinete de Horacio Rodríguez Larreta. Mientras tanto, Viviana Cantoni y Enrique Avogadro levantan la vista para ver cómo sigue esa disputa.
Mientras tanto, arrastra denuncias y pedidos de informes de la oposición por el estado de algunas salas porteñas. No obstante, desde hace meses que celebra la reapertura total del Teatro San Martín, que tardó dos años y también fue objeto de denuncias opositoras. Ahora, resta la postergada Sala Alvear, que ya superó los más de mil días con sus puertas tabicadas.
Sus movimientos inquietan a Larreta, que odia las internas. Una nota publicada en Clarín destroza la gestión de Mahler y se lanzaron las suspicacias en Uspallata 3160. Además de confundir a Horacio con su hermano Augusto, el artículo marca que la gestión en Cultura va lenta y se resume al paseo de la fama de la Avenida Corrientes. La interna con Mahler sulfura al jefe de Gobierno, que siempre protege a sus ministros.
El historial de Telerman contra sus superiores es de larga data. Lo vivió Aníbal Ibarra cuando lo reemplazó en el marco de la crisis por Cromagnon, incluso juntando votos en la Legislatura para destituirlo. Meses después, forjó una alianza con Elisa Carrió y compitió por la Jefatura de Gobierno, que finalmente quedó para Mauricio Macri y Gabriela Michetti. Curiosamente y a pesar de los pésimos resultados obtenidos, en esas elecciones contó con el apoyo solapado del entonces ministro Julio De Vido, enfrentado con Alberto Fernández, que respaldó a Ibarra.
Años después, se sumó al gobierno de Daniel Scioli para trabajar en el Instituto de Cultura de la provincia de Buenos Aires, desde donde generó una durísima disputa con los trabajadores del Teatro Argentino y dejó deforestado el Anfiteatro del Bosque, que el actual gobierno de La Plata debió refaccionar. De esa gestión se llevó una sola cucarda: el Museo del Mar.
Curiosamente, al tiempo que oficiaba de vocero del candidato presidencial del Frente para la Victoria empezaba gestiones con allegados a Larreta, que ya se había asegurado la Ciudad en el mes de junio en el ballotage contra Martín Lousteau. Tras la derrota de Scioli, el siete de diciembre de 2015 Telerman fichó para el macrismo para sumarse como director del Complejo Teatral porteño. Meses antes, quizás avizorando el triunfo macrista, dejó de responderle el teléfono al dos veces gobernador de la provincia de Buenos Aires.
PROBLEMAS JUDICIALES. Un fallo del Honorable Tribunal de Cuentas bonaerense (HTC)expone un grueso cúmulo de irregularidades que involucran a la gestión de Telerman en tiempos en que surfeaba la ola naranja sciolista como titular del Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires. Del estudio que se hizo de la rendición de cuentas 2015 de dicho organismo, se desprende una frondosa batería de deficiencias, demoras y omisiones administrativas por las cuales se le formularon diversos cargos por un total de casi $4 millones a los que deberán responder Telerman y otras autoridades que formaban parte de su equipo en ese entonces.
Además, se le impuso una multa de $30 mil "por considerarlo responsable de las observaciones tratadas y fundamentadas en los considerandos” del fallo que está fechado el 29 de junio de 2017 pero que fue publicado este martes en el Boletín Oficial bonaerense.