El juez Federico Domínguez, presidente del Tribunal de Casación Penal bonaerense, falleció el lunes por la noche en un sanatorio porteño. Estaba al frente de ese órgano judicial -la máxima instancia del fuero- desde su creación, a instancias de la reforma constitucional de 1994. Su deceso abre una vacante en uno de los tribunales más importantes de la provincia de Buenos Aires.
Domínguez falleció “por causas naturales en el Sanatorio Mater Dei de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, pudo saber este portal. Fuentes oficiales, además de confirmar a Letra P el deceso del magistrado, indicaron que se estaba informando a los ministros del máximo tribunal sobre la situación.
Domínguez estaba al frente de la Cámara de Casación desde 1998, momento en que, por disposición del entonces gobernador Eduardo Duhalde, se crea este tribunal, un importante órgano judicial teniendo en cuenta que es la última instancia antes de la Suprema Corte. Una sucesión de fallos controvertidos puso al tribunal, en los últimos años, en los noticieros nacionales. La última decisión de perfil mediatico se conoció el pasado 12 de enero, cuando los jueces Martín Ordoqui, Jorge Celesia y Fernando Mancini, de la sala 5 del tribunal, ordenaron la liberación de Mariano Bruera, uno de los hermanos del ex intendente platense Pablo Bruera, por considerar que la detención -en el marco de una causa por presuntas coimas- había sido "un error grosero" de la jueza Marcela Garmendia, a cargo del expediente en la feria.
En abril de 2016, Domínguez –en su calidad de defensor de uno de los imputados de la causa AMIA- fue procesado en segunda instancia por “desviar la investigación y, por tanto, impedir el descubrimiento de sus verdaderos autores” del atentado ocurrido el 18 de julio de 1994. Antes de llegar a ser juez de Casación, fue funcionario de la Secretaría de Seguridad provincial.
Con la última reforma aplicada a Casación, se estableció una estructura de doce salas integradas por dos miembros cada una y una presidencia, aunque las seis dispuestas para el interior provincial nunca fueron creadas. Hasta tanto se designe al reemplazante de Domínguez, su lugar será ocupado por algunos de los jueces de las salas, en una suerte de presidencia subrogante.
EL JUEGO DE LAS SILLAS. La muerte de Domínguez abre una nueva vacante en el Poder Judicial, que se suma a las sillas vacías en la Suprema Corte y el Tribunal de Cuentas. La gobernadora María Eugenia Vidal había postergado la resolución de esos puestos a fines de 2016, cuando se discutía el Presupuesto bonaerense. Y ahora espera retomar las negociaciones, en marzo próximo.
Como viene informando Letra P, Vidal avanza en un plan de ocupación -con cuadros técnicos de confianza- de puestos de alta relevancia institucional, sobre todo en la Justicia.
Como hizo con la Procuración General, a donde aupó a su jurista preferido, Julio Conte Grand, después de presionar durante todo un año a María Del Carmen Falbo para que se jubilara, ahora va por la Corte y mira con especial interés los espacios disponibles en la Casación, que ahora queda acéfala.