Pocas horas después de la multitudinaria marcha contra la inseguridad que copó las calles de Rosario y Santa Fe, y en pleno conflicto por el envío de gendarmes a la provincia, el gobernador Miguel Lifschitz denunció que “hay intentos desestabilizadores” y advirtió que hay “servicios de inteligencia operando” en territorio santafesino. Reveló que recibió amenazas y que la Justicia detectó en la Ciudad de Buenos Aires al presunto responsable, que tenía en su poder 20 pasaportes y ostenta 120 viajes al exterior en los últimos meses. Además, lanzó duras críticas a la ministra Patricia Bullrich.
“La señora Bullrich es muy mediática. Yo cuando trabajo en estas cosas lo hago con seriedad, no a través de los medios de comunicación, sino en el diálogo directo para buscar soluciones. Si lo que queremos es circo podemos hacerlo. Y yo también tendría muchísimos elementos para opinar sobre la gestión nacional en materia de seguridad pero no quiero hacerlo. Quiero dar respuestas a los santafesinos. Me interesa que podamos lograr una solución política al problema”, lanzó Lifschitz en una conferencia de prensa que brindó en Rosario, en la que marcó la posición del gobierno provincial sobre la marcha y dio detalles respecto del acuerdo con la Nación por el envío de gendarmes.
El último cruce entre el gobernador y la ministra de Seguridad –que ya lleva varios capítulos, desde el temprano desacuerdo por los prófugos del triple crimen– tuvo un pico de tensión el jueves, cuando Bullrich acusó a Lifschitz, a través de los medios, de no querer “depurar la policía provincial”, luego de que la administración santafesina rechazara firmar el convenio de cooperación con la cartera nacional.
De acuerdo con Lifschitz, el acuerdo había sido cerrado el lunes por la tarde personalmente entre él y la ministra. Sin embargo, el miércoles, “de manera sorpresiva y sin previo aviso, fue corregido, agregándosele un artículo, claramente bastante burdo en su redacción, inconstitucional en algunos aspectos e ilegal en otros”, razón por la cual la provincia “realizó objeciones y correcciones” y decidió no suscribirlo.
“He tomado la decisión de llevar esto al más alto nivel del Gobierno y estoy en diálogo con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, para buscar una solución política, como debe ser, que respete la Constitución Nacional, la Constitución provincial y las leyes vigentes”, advirtió el gobernador.
Durante la conferencia, el mandatario remarcó que la ley de Seguridad Interior 24.059, que se invoca para la firma del convenio, establece en su artículo 9 la creación del Consejo de Seguridad Interior, integrado por el Ministerio de Seguridad, funcionarios nacionales, fuerzas federales, gobernadores y legisladores nacionales. Sin embargo, “este consejo no está convocado ni tiene funcionamiento en la actualidad”. Lifschitz remarcó, además, que el artículo 20 de la misma ley autoriza a las fuerzas de seguridad nacionales actuar en las jurisdicciones provinciales, previo aviso a las autoridades locales, algo que efectivamente sucede en varias jurisdicciones. Sin embargo, dijo, “el acuerdo se plantea para la provincia de Santa Fe pero no para otras provincias que tienen similares problemas y también tienen fuerzas federales que están interviniendo, como la provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires, Salta, Formosa y Córdoba”.
“En el caso de Santa Fe se plantea la redacción de un convenio. Nosotros aceptamos ese criterio y lo compartimos. Porque no se trata de mandar fuerzas de manera ocasional sino realmente de hacer un plan conjunto de seguridad en los temas que son de responsabilidad de la provincia y también en los que son de responsabilidad de la Nación, como la lucha contra el narcotráfico, trata de personas y lavado de dinero”, dijo el gobernador, que remarcó que “hay responsabilidades conjuntas”.
En ese marco, Lifschitz apuntó contra las declaraciones de Bullrich. “Sé que es una mujer impulsiva y tal vez ha sido un exabrupto, pero hay declaraciones que afectan no solo políticamente sino en la dignidad de la institucionalidad santafesina, porque ya no solamente se cuestiona a la policía, sino a los tres poderes del Estado, a la Justicia, a la Legislatura provincial y al gobierno en su conjunto. No podemos entender que pueda pretenderse un avasallamiento del federalismo en esos términos”, dijo. Tras cargar contra Bullrich, el gobernador afirmó que mantiene diálogo “con los dirigentes que tienen una mirada política del país”, entre ellos, Frigerio, “que seguramente tiene un contacto directo con el Presidente”.
AGENTES DE INTELIGENCIA. Tras las consideraciones que realizó sobre la ministra, el gobernador se refirió a la multitudinaria marcha contra la inseguridad que se llevó a cabo en Santa Fe y Rosario y elogió el clima “de absoluta libertad, sin ningún tipo de hecho de violencia, como una expresión genuina del dolor y la angustia de víctimas y ciudadanos preocupados por la situación”.
Sin embargo, advirtió que, detrás de las manifestaciones, “hay intentos desestabilizadores que están aprovechando la situación”. “Hay servicios de inteligencia que están operando en la provincia de Santa Fe. En la marcha anterior, que se realizó el jueves 25, entre el gran activismo que hubo en las redes sociales de gente de buena voluntad, víctimas y activistas políticos que se encargaban de agitar las aguas, hemos detectado varios casos con expresiones violentas, con convocatorias violentas, incitaciones a la violencia y amenazas dirigidas particularmente a mi persona”, explicó Lifschitz.
Luego, el gobernador reveló que, a partir de una denuncia que realizó ante el fiscal Jorge Baclini, se abrió una investigación que detectó a “una persona en la Ciudad de Buenos Aires” cuya vivienda fue allanada, a quien no se pudo detener pero que “está siendo buscada en este momento, que tenía en su poder 20 pasaportes, en los últimos meses ha tenido más de 120 viajes al exterior, vinculada a la farándula pero que también tiene otras conexiones”. Además, reveló que “es una persona que tiene antecedentes, que ha estado prófuga”, y que “hay estudios importantes en Buenos Aires que se están ocupando de su tema, o sea que no es un tuitero enfervorizado”. Y agregó que “no es el único caso”.