Tras meses de disputa judicial y política contra la multinacional UBER, el Gobierno porteño avanza con una iniciativa que no logrará frenar la actividad de la empresa estadounidense en territorio porteño, pero fue pensada para hacerle sombra: Taxi BA, una aplicación para teléfonos móviles que unirá a taxistas y pasajeros y que posibilitará el uso de tarjetas de crédito y débito como medios de pago.
El proyecto fue redactado en las oficinas de la Secretaría de Transporte, que conduce Juan José “Juanjo” Méndez, el ex jefe de Gabinete de Guillermo Dietrich y “cerebro” de su gestión. En tanto, el Ministerio de Modernización, Innovación y Tecnología, a cargo de Andrés Freire, desarrolló el software que terminará de ajustarse una vez reglamentada la ley, que fue presentada en agosto en la Legislatura porteña y que este jueves consiguió despacho de la Comisión de Tránsito y Transporte.
El texto agrega al Código de Transporte la posibilidad de que los usuarios de este servicio puedan solicitar un taxi vía la aplicación Taxi BA y que los choferes puedan adherirse al sistema, que será público y gratuito. De esta manera, los taxistas particulares, peones o conductores de una mandataria o empresa de radiotaxis podrán registrarse y trabajar a través del sistema.
Pese a la resistencia de las empresas de radio taxi, la iniciativa avanza en la Legislatura porteña con el apoyo de la oposición y del sindicato de peones de taxi, a cargo de Omar Viviani, el dirigente que más se movilizó en contra de UBER en la Ciudad, exigiendo reuniones con Horacio Rodríguez Larreta y con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.
La aplicación se venía trabajando desde hace tiempo en el Gobierno de la Ciudad, pero el trámite se apuró tras el desembarco tumultoso de UBER, que provocó varias protestas y cortes de calle de taxistas, amparos y pedidos a la Justicia y al ENACOM para que se frene la aplicación.
Todos los intentos del larretismo para bloquear el servicio, coordinados por la Secretaría de Transporte y la Agencia Gubernamental de Control, terminaron en fracasos. Finalmente, el golpe efectivo hacia UBER llegó cuando la justicia ordenó bloquear pagos con tarjetas de crédito nacionales y sólo dejó que operen con las internacionales. Así se acotó su funcionamiento y se redujo su circulación a 200 automóviles aproximadamente.
Como la multinacional sigue operando en la Ciudad, el Gobierno avanza con Taxi BA, una idea para competir con UBER, que emplea autos y choferes particulares para transportar pasajeros en el área metropolitana de Buenos Aires, a pesar de que su operatoria no está contemplada en las normativas de taxis y remises, razón por la cual la administración de Larreta la califica como “ilegal”.