Este jueves, en horas del mediodía, se conoció la decisión del juez Norberto Oyarbide, quizás el más polémico de los magistrados del fuero federal, de presentar su renuncia antes de que el Consejo de la Magistratura ordenara su enjuiciamiento. No obstante, la determinación se aceleró por una jugada de la que participaron el presidente Mauricio Macri y su operador judicial de mayor confianza, Daniel Angelici.
El jefe de Estado llamó de urgencia al titular de Boca y lo citó en la Quinta Presidencial de Olivos. El líder del PRO pondría a prueba al dirigente xeneize.
Sin anestesia, Macri le pidió a “El Tano” que llamase por teléfono, delante suyo, a Oyarbide. El radical aceptó el desafío sin dudar y tomó su celular.
Según pudo saber este portal, el primer mandatario le reclamó: “Si es verdad que lo controlás, llamalo ahora y pedile que renuncie”. Pocas horas después, el juez se reunió con el ministro de Justicia, Germán Garavano, para oficializar su renuncia.
En el gabinete PRO aún no terminan de entender la decisión del jefe de Estado de poner a prueba a Angelici. Por un lado, hay ministros que sostienen que fue un intento más de ganar la agenda mediática y dejar de lado, al menos por un momento, las esquirlas del Panamá papers.
Como este jueves por la tarde Macri brindó una conferencia de prensa en la Casa Rosada para explicar la situación y adelantar el envío de un proyecto de acceso a la información pública, esa hipótesis quedó descartada rápidamente. Otro sector del Gobierno advierte que el Presidente buscó poner a prueba a un operador que le genera problemas con Elisa Carrió y que, hasta este jueves, no le había llevado ninguna solución.