Patagonia

La pelea entre Weretilneck y Soria convierte a Río Negro en un polvorín

En otro anticipo de competencia electoral, ambos se cuestionan el estilo de gestión. La acusación de pacto entre el PJ y el gremio estatal contra la provincia.

La pelea territorial entre el gobernador Alberto Weretilneck y el intendente Martín Soria condiciona cualquier actividad política, o gremial, en Río Negro. En medio de acusaciones de un supuesto “pacto” entre el roquense, y el titular de la Asociación de los Trabajadores del Estado (ATE) de Río Negro, Rodolfo Aguiar, funcionarios del Gabinete provincial apuntaron contra el dirigente sindical por idear, con intención, protestas en municipios afines al poder central.

 

El escenario de enfrentamiento tiene un condimento adicional ante la respuesta en cadena de legisladores, Ministros y funcionarios de primera línea. Como se hizo público a través de la Secretaría de Medios que encabeza Guillermo Campetti –que tuvo un cruce mediático con Aguiar a principios de año–, en comunicados oficiales criticaron al dirigente gremial de Roca.

 

Aguiar, quien fue tapa de diarios nacionales en febrero, por un reclamo en la Universidad Nacional de Comahue (UNCO), no dudó en responder las acusaciones. “Son desafortunadas y muestran que el Gobernador tiene mayores nervios a los habituales a partir que tiene un contrincante en la provincia. Desde que se lanzó el jefe del Partido Justicialista (por Soria) a nivel provincial, el comportamiento y la conducta de Weretilneck no es la misma”, dijo el titular de ATE ante la consulta de Letra P.

 

Esa definición molestó, y mucho, en Viedma. Como titular del Ejecutivo, quien en otro comunicado oficial utilizó una dura definición contra Aguiar (“…no les alcanza ya con tomar los edificios municipales y destruir los bienes del Estado, sino que con el único objetivo de tratar de generar algún impacto mediático”), desde la mesa chica de Juntos Somos Río Negro (JSRN), el frente electoral de Weretilneck que pronto será partido, se sumaron a lo que su conductor inició.

 

En un raid mediático, el secretario general de la Gobernación, Matías Rulli, acusó a los estatales de “violentar la paz social” y de mantener un sólido acuerdo con la familia Soria. “Esperamos que terminen con esta forma. Vemos con preocupación el estilo de moverse del personaje como Aguiar tomando edificios públicos y entendemos que tiene un posicionamiento político. Tiene objetivos direccionados”, dijo Rulli este miércoles en radio Show. “No tienen afiliados en Contralmirante Cordero pero cortan las rutas”, recordó el funcionario que supo militar en las filas de La Cámpora sobre una de las últimas protestas, y agregó: “Independientemente de la relación con Soria, siempre acompañaremos a los roquense por eso lo preocupante es como se han instalado las formas”.

 

Pelea en el dial. La continuidad de la guerra (que hace años no es fría) entre Weretilneck y Soria se incrementó en las últimas horas cuando el gobernador explicó el trato con el jefe comunal que en privado reconoce que la relación es “imposible” de recomponer. “Más allá de las actitudes del intendente Soria, y del conflicto permanente que intenta instalar desde el Municipio hacia la provincia, nunca este Gobernador y su equipo de trabajo van a cambiar su actitud de colaboración y acompañamiento permanente con todas las instituciones de Roca, pero fundamentalmente queremos que Roca no se aísle de los rionegrinos”, sostuvo en LU 18.

 

Soria, fiel a su estilo, no eludió el tema y se refirió a los dichos: “Agarrárselas con los vecinos por su disputa política con el intendente es vergonzoso”, apuntó en diálogo con AM 740. Sin vueltas, se desligó del accionar de ATE, recordó la “mala relación con los gremios” para darle un nuevo espacio a su campaña: “Claro que quiero ser gobernador, porque quiero poner la provincia en acción”.

 

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