Después de más de dos años de guerra sin cuartel, hay un alto el fuego entre el massismo y el kirchnerismo. Las negociaciones de paz transcurren en pasillos y despachos de Diputados y tuvieron difusión el día que Máximo Kirchner y Sergio Massa conversaron en un pasillo de la Cámara de Diputados, luego de la convocatoria encabezada por el líder del Frente Renovador de la que participaron todas las centrales sindicales y apuntan a la organización de una oposición fuerte, con eje en los proyectos relacionados con temas laborales. Esta semana, Cristina Fernández de Kirchner les dio un nuevo empujón al pedir a sus diputados que “generen acuerdos y consensos”.
“Hay conversaciones para articular una propuesta política. Si no arreglamos con ellos, no hay leyes”, dice un integrante del bloque kirchnerista que sigue de cerca las negociaciones en la Cámara baja. La necesidad del kirchnerismo tiene también su contraparte en el massismo, que luego de ayudarle a aprobar al Gobierno la ley que selló el pago a los fondos buitre, decidió empezar a jugar políticamente y a poner en marcha su propia agenda legislativa, basada principalmente en temas laborales.
“Te felicito por la convocatoria”, le dijo Máximo a Massa, cuando se cruzaron el miércoles 30 en el pasillo del tercer piso del Congreso. En el salón Delia Parodi, el líder del Frente Renovador, el ex intendente de Tigre había logrado reunir a representantes de todos los líderes sindicales, desde Luis Barrionuevo, Antonio Caló y Hugo Moyano hasta Hugo Yasky y Pablo Micheli. De la reunión participaron, por el Frente para la Victoria, los diputados Héctor Recalde –histórico abogado laboralista –, el ex ministro de Economía, Axel Kicillof, y el diputado Edgardo Depetri, ex secretario general de la CTA.
El encuentro fue un triunfo político para Massa, que el kirchnerismo convalidó. “Nosotros no podríamos convocar a todos esos gremialistas”, admitió con cierta nostalgia, un referente del kirchnerismo, que recordó las malas relaciones entre el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y el sector sindical en los últimos tiempos de la gestión. “Ni a los nuestros, como Caló, les pudimos cumplir lo que pedían”, dijo.
En ese escenario, y luego de perder varios round contra Cambiemos, el Frente para la Victoria entendió que, si quiere presionar en el Congreso, debe mantenerse cerca de Massa, a quien varios referentes del kirchnerismo ven “bien posicionado” desde que “resistió la presión mediática” que le ordenaba “bajarse” de la carrera presidencial. “Demostró mucha personalidad y armó un espacio sólido”, elogió un diputado K.
La propia ex presidenta avaló la estrategia de acercamiento al bloque del Frente Renovador tanto con el discurso que dio en Comodoro Py como en la reunión que mantuvo con diputados en el Instituto Patria, el jueves por la tarde. “Planteó algo que venimos discutiendo pero que en boca de ella tiene un voltaje importante, y es que independientemente del signo partidario que tengan los diputados, hay que generar acuerdos y consensos respecto a poder legislar sobre las cosas que hoy están afectando a los trabajadores”, explicó la diputada del FPV Teresa García.
El Frente Renovador aprovecha la situación. Massa no quiere aparecer cerca del kirchnerismo pero es probable que necesite del bloque que conduce Recalde si pretende imponer su agenda legislativa, con foco en “la clase media trabajadora”, si es que no consigue el visto bueno de Cambiemos, que lo ve como un “oportunista” que “sigue de campaña”, según definió el presidente del bloque macrista, Nicolás Massot y no quiere regalarle los créditos de eventuales beneficios a la clase media, con la que el macrismo necesita congraciarse.
El ex candidato a presidente puso a sus referentes a trabajar en temas que considera primordiales para la agenda parlamentaria: la modificación de las escalas para el pago de Ganancias, proyectos para “cuidar el bolsillo de la clase media trabajadora y los más humildes”, la protección a los jubilados con la consagración del 82 por ciento móvil y la generación de iniciativas para respaldar a las Pymes, principales motores del trabajo. Allí se encuentra con el kirchnerismo y por esos temas comenzaron a reunirse Graciela Camaño, Facundo Moyano, Héctor Daer y el propio Massa con referentes de la línea sindical del kirchnerismo, como Recalde y Depetri.
Mientras, Massa mira de cerca el curso de los acontecimientos y hace equilibrio entre sus negociaciones con el oficialismo y sus ganas de ser oposición. Intenta no quedar atrapado en la polarización kirchnerismo-macrismo y, con ese objetivo, desapareció de escena los días de la vuelta de Cristina Kirchner, al margen de su intoxicación con hamburguesas.
Siguiendo con la premisa de “la ancha avenida del medio”, que motorizó su campaña, el ex intendente de Tigre dejará que el oficialismo y la oposición K se desgasten entre sí e intentará seguir siendo el candidato “de las propuestas” sintetizando el pensamiento de los dos bandos.