Patagonia

"El futuro de la cuenca neuquina se centra en el gas"

El diputado provincial y vicepresidente del Movimiento Popular Neuquino (MPN), Luis Sapag, opina sobre la política kirchnerista para el sector y el rol del ministro Juan José Aranguren.

-¿Cómo analiza este año especial para la explotación de Hidrocarburos en Neuquén?

 

-Es un año particular. Neuquén depende de muchas variables que no maneja. Es cierto que hay una crisis pero se observa una salida. La mejor palabra para definir el momento es transición porque hay un cambio en muchos sentidos.

 

El proceso del desarrollo de los no convencionales y de recuperación del autoabastecimiento comenzó con el Gobierno anterior, con su política estatista y con la recuperación de YPF. El ensayo tecnológico de Loma Campana, o Vaca Muerta, apoyado con el refuerzo de exploraciones convencionales fue importante.

 

El futuro del desarrollo de la cuenca neuquina se centra en el gas, y en particular en el tight gas. El shale oil y el shale gas, con precios actuales, no pueden competir. El tight gas es una tecnología intermedia y tiene más oportunidades.

 

-El Gobierno de Mauricio Macri mantiene el mismo sistema de precios que el anterior

 

-Es algo lógico. En esto hay dos lógicas: una cosa es la ilógica de los mercados, que realmente no funciona. Y la otra es que esta industria tiene costos, y se necesita una ganancia razonable para reinvertir o descubrir reservas. Se necesita una mínima compensación pero hay que reconocer que este Gobierno tiene una orientación más hacia los mercados. También hay que hablar de una transición tecnológica.

 

-¿Y cómo sería esa transición?

 

-No estamos en el punto cero. Neuquén lleva seis años explorando los no convencionales gracias  a la política provincial. A pesar de la sonrisa socarrona de los funcionarios de Energía de Nación, mucho antes de nacionalizar YPF, nosotros íbamos a Estados Unidos para hacer rondas de convocatoria e hicimos tres licitaciones con más de 15 operadoras. Es mucho tiempo de trabajo con las empresas.

 

Hoy están listos de pasar de la exploración a la explotación. Por eso digo que debemos aprovechar esa experiencia porque si aceptamos los precios del mundo matamos nuestra industria. Si se hace el arreglo con los Holdouts, las empresas se sentirán más proclives a invertir en un negocio que está maduro.

 

-¿Usted piensa que la buena relación entre Omar Gutiérrez y Mauricio Macri permitirá la expansión de la industria petrolera?

 

-Sí. Hay buenas señales en para eso pero lo más importante hoy es la decisión de los precios del gas. Ya está la del petróleo (67 dólares el barril), pero necesitamos mejorar lo del gas y mejorar la productividad porque hay precios que van de 1.40 dólares el millón de BTU, en el gas viejo que le llaman, hasta lo que se paga del gas no convencional. En el medio, hay una canasta como el gas de industria o el gas comprimido para automóviles.

 

En abril, habrá un cambio en los precios del gas porque es una injusticia que a Neuquén le paguen esos valores. Además de eso, esperamos que se conforme el Consejo nacional Energético a través de la OFEPHI.

 

-¿Y del cambio de YPF qué opina?

 

-Bueno, esperemos que funcione. En vez de un súper CEO, como Miguel Galuccio, habrá un Presidente de directorio que dirigirá los grandes números y el Gerente general estará en el campo. Nosotros esperamos que no se pierda el entusiasmo del desarrollo no convencional que tenía YPF porque si bien Loma Campana no es muy rentable, con 67 dólares puede llegar a funcionar. Hoy estamos en el fondo de un valle pero los precios van a ir subiendo; no tiremos a la basura la experiencia de Loma Campana, que es fundamental.

 

-¿Y la gestión de Galuccio cómo la analiza?

 

-Yo hablo siempre de lo que pasó en Neuquén. El esfuerzo de sacar adelante la cuenca no convencional la hizo este YPF. El anterior (el de Repsol) habían iniciado con unos pozos pero su intención no era producir. Con Galuccio hubo esfuerzo, con un resurgir económico importante que se reflejó en las arcas neuquinas a través de las regalías. También tuvimos un enfrentamiento fuerte con respecto a la estrategia en general y la participación de las provincias a pesar de que la ley de Galuccio, de la reforma de la Ley de Hidrocarburos, terminó siendo una buena legislación.

 

-¿Cuál fue el aspecto negativo?

 

Galuccio no quería a GyP. Decía que le competía y eso se superó porque GyP siguió trabajando bien gracias a que a través de su ganancia generó una nueva fuente de financiamiento para el Estado. El balance final de Galuccio es muy bueno porque hay que comparar con la YPF anterior. Si no hubiera ocurrido (la estatización de YPF) no sé si la provincia no hubiera tenido problemas insolubles del lado financiero.

 

-¿Y cómo ve la gestión de Aranguren en este tiempo?

 

-Es muy poco el tiempo para juzgar, pero si a este Gobierno le va mal sería muy malo para el país. Pero el solo hecho que esté un hombre de la industria allí muestra que quieren desarrollarla.

 

-¿Qué se habla en Neuquén sobre lo que pasó entre YPF y Chevron?

 

-Es una demostración de lo que dice YPF es correcto. Todo contrato entre el Estado y particulares, o entre particularidades, debe tener confidencialidad. Hay una ley de secreto bancario, para citar alguna. Conocer la cuenca es privativo de la empresa que exploró, y está en el contrato. Donde hay dudas es sobre los manejos financieros, por dónde pasó la plata y quizás eso deba saberse.

 

¿Qué empresa querrá asociarse con YPF? El hecho que el PRO haya cambiado de opinión muestra que YPF siempre tuvo razón.

 

-Habló de todo pero ¿cómo será el 2016 para Neuquén?

 

-La decisión clave será el precio del gas. Con eso crece la actividad y las finanzas públicas para obras, sueldos y se mueve el consumo. Por el lado de las empresas, empezando por YPF, les resulta atractivo explorar para dentro de unos años producir. En lo ya explorado, producen. Eso es capitalizar al país. No quiere decir que no habrá conflictos, como la especie de licencias que hay. Hoy existe una transición en la industria, pero debemos trabajar en este tiempo.

 

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