Para este último miércoles, la gobernadora María Eugenia Vidal había citado a los gremios docentes al Ministerio de Economía, a las 17 horas. Luego se pasó para las 19, más tarde para las 21 y llegado el momento, se volvió a suspender, en teoría, para este jueves a las 19. Los maestros estallaron y amenazaron con no comenzar las clases, porque se sienten presas de una interna entre Nación y Provincia que hasta ahora nadie puede resolver.
Que no comience el ciclo lectivo este lunes 29, tal como está estipulado, sería un golpe muy fuerte para una gobernadora nueva, más teniendo en cuenta que el Presidente es del mismo signo político, y que durante toda la campaña mantuvieron la promesa de trabajar en equipo, dejando atrás todas las miserias del pasado -haciendo referencia a la tirante relación entre Cristina y Scioli-.
Hoy, por cómo están planteadas las cosas, pareciera ser que ni Mauricio Macri puede destrabar una negociación bonaerense que está verdaderamente caliente.
Cuando se esperaba que Esteban Bullrich y Jorge Triaca cierren y firmen el acuerdo con los sindicatos nacionales, el arreglo volvió a posponerse. Hasta la tarde de este miércoles, los cinco gremios dejaron trascender que iban a recepcionar en buenos términos la oferta realizada -7800 pesos el salario mínimo para febrero y 8500 para julio, que simbolizaba un 25% más un alza del Fondo de Incentivo Docente (FONID), a cargo de la Nación-. Hasta ahora, eso sigue trunco.
Y de esa firma depende que Vidal ponga segunda, cosa que hasta ahora está muy lejos de concretarse. Las dos ofertas de este 2016 fueron rechazadas inmediatamente por el Frente Gremial Docente y UDOCBA (23,6 y 24,1% de aumento) y ahora, fuentes del gobierno provincial siguen siendo muy cautas a la hora de pronosticar un desenlace para esta historia. Nadie quiere arriesgar nada, cuando restan menos de 48 horas para terminar de negociar, a no ser que se estiren todo el fin de semana, casi con la soga al cuello.
Lo llamativo también es el desempeño del titular de la Dirección General de Cultura y Educación, Alejandro Finocchiaro, al que todos definen como "un experto" a la hora de la negociación.
A mediados de enero, en la previa del primer llamado a los gremios, quienes conocen íntimamente al funcionario lo describían a Letra P concretamente como "un hábil negociador, dialoguista y en definitiva experto en la discusión paritaria". Es que en el gobierno porteño de Macri supo explotar al máximo esa principal cualidad.
"Él ya tiene más de cinco paritarias resueltas, obviamente cuenta con mucha experiencia en este campo, le va bien, sobre todo por los términos en los que logra que transcurran las reuniones, en donde más allá de los intereses particulares con los que llega cada uno de los que se sienta en esa mesa, hay una corriente fluida que permite arribar a soluciones. Hasta ahora ha sido así y en esta ocasión la expectativa es que pase lo mismo", le decían a este portal fuentes del gobierno provincial.
Nada de eso viene pasando. Restan aún menos de dos días hábiles para destrabar una situación que está complicada. "Las convocatorias previstas en la provincia de Buenos Aires se han suspendido. Casi es un papelón anunciar un incremento y luego desdecirse, y que quien tiene que determinar el salario mínimo de un docente a nivel nacional aún no haya plasmado la propuesta en un acta", criticó duramente la titular de la FEB, Mirta Petrocini, en relación a lo ocurrido en Nación.
"Se trata de un acto grave de irresponsabilidad y nos colocaron a docentes y sindicatos en esta situación", cerró.
Mientras tanto, los trabajadores estatales continúan preparando un paro y movilización para el lunes 29. Tal como había contado este medio, la idea de ATE era sumar a los docentes, porque prácticamente descontaban que las clases no comenzarían. Hoy el panorama parece invitarlos a llevar adelante esa jornada de reclamos frente a la Gobernación, a no ser que Vidal sorprenda con una oferta que hasta ahora parece lejana.
