El impacto de las imágenes de toneladas de peras arrojadas en las vías demostró el descontento con las políticas nacionales y provinciales para los pequeños y medianos productores del Alto Valle de Río Negro. Según explicaron, desechar la fruta tiene como objetivo que las autoridades del Gobierno nacional les otorguen una audiencia para la semana que viene.
Ante la apagada relación que existe entre la provincia, y la Nación, el intendente de Cipolletti, Aníbal Tortoriello, será quien trabaje de mediador para calmar los ánimos en su región. El gran problema en las comunas, como le explicó el mandatario a Letra P, es el de los pequeños y medianos productores. “Están en una situación complicada. Buscamos que el Gobierno nacional ayude con alguna medida para asegurar un ingreso que les permita sobrevivir”, dijo Tortoriello a este portal.
Consultado por las imágenes que circularon el país, el presidente de la Cooperativa de Productores de General Fernández Oro, Edgardo Artero, apuntó contra la provincia y culpó al gobernador, Alberto Weretilneck, por las políticas hacia el sector. “No hizo nada por nosotros”, disparó.
“Lo raro es que el señor gobernador de la provincia no hizo nada por nosotros. Está enamorado del petróleo y dejó la fruticultura de lado. Piensa vivir de eso los próximos cuatro años: del petróleo y el gas”, decía el dirigente en un medio nacional. Sus declaraciones ultra críticas tuvieron llegada hasta Viedma.
En la capital de la provincia tomaron nota de las palabras del productor, quien en radio Del Plata demostró la mala relación que existe con el gobernador que salió “beneficiado” por la protesta de los mismos productores que el año pasado, a poco tiempo de las elecciones del 14 de junio, digitaron los tractorazos en la ruta 22.
Es así que el rol de Tortoriello parece descomprimir la bronca de los chacareros que todavía no fueron recibidos. Como describió este portal, la visita de Weretilneck a Casa Rosada, junto a su par neuquino Omar Gutiérrez, no generó respuestas que sean favorables para las demandas de ese sector.
“Viendo el crecimiento de las corporaciones de la fruta, la minoría son los productores genuinos. Son las familias que se mantienen en las chacras. Mantienen fuentes de trabajo y generan producción. Como intendente entiendo que hay que preservar a este sector”, describió el mandatario cipoleño.
Francisco Bezich, presidente de la Cámara de Productores de la ciudad de Tortoriello, fue otro de los que apuntó contra el conductor político de la provincia. “Nos ha abandonado en este último tiempo”, sostuvo, esta mañana, al igual que Artero. Sin dudarlo, culpó a Weretilneck por las políticas que “no ayudan”. “No es el mismo gobernador que era antes de las elecciones”, advirtió Bezich en radio La Súper.
El reclamo en conjunto es, naturalmente, por los costos que deja la producción. Un kilo de pera le sale a las pymes rionegrinas 4 pesos el kilo que, como explicó el dirigente de Fernández Oro, las empresas exportadoras pagan –como máximo– 2 pesos. Para el nivel industrial (jugo y otros derivados) se alcanza los 15 centavos.
Hoy, en el Alto Valle, hay 1300 productores de 6 mil que había hace dos décadas que de a poco iniciaron una migración a la producción de forrajes (alfalfa) o directamente abandonaron la actividad.