En su última conferencia de prensa como ministro de Hacienda y Finanzas del gobierno del presidente Mauricio Macri, Alfonso Prat-Gay, quien fuera horas antes corrido del Gabinete por la triada Peña (Marcos), Quintana (Mario) y Lopetegui (Gustavo), anunció el blanqueo fiscal más exitoso de la historia argentina: lleva acumulados 90.000 millones de dólares.
El régimen de sinceramiento fiscal fue el mayor logro de una gestión plagada de errores e internas que no supo –o no pudo- manejar el ex golden boy de la JP Morgan. Inflación del 40%, brotes verdes que nunca aparecieron, segundo semestre que pasó sin pena ni gloria y una estanflación inesperada ni para el más pesimista de los integrantes del Gobierno.
Prat Gay le daba un halo de progresismo al PRO en un gabinete que a principios de diciembre de 2015 enfilaba hacia una ortodoxia más dura, encarnada en Economía con nombres que sonaban en su momento, como los de Carlos Melconian (hoy en el Banco Nación) y Federico Sturzenegger (presidente del Banco Central).
Como en cada Gobierno, halcones y palomas conviven en un delicado equilibrio y Prat Gay parecía estar entre estas últimas, recibiendo fuego cruzado de distintas usinas del poder PRO, como la Jefatura de Gabinete, el Banco Central y hasta el Ministerio del Interior.
Pese a que ningún miembro del Gobierno disimuló este lunes que al titular de Economía “lo habían echado” –con Isela Constantini guardaron un poco más las formas- entre sonrisas y pocas precisiones, Prat Gay dio los números junto al titular de la AFIP, el severo Alberto Abad, amiantado ante las internas de primer y segundo rango del Gabinete.
El blanqueo fiscal cierra el 31 de marzo de 2017, pero hasta ahora ingresaron 90.000 millones de dólares de activos, equivalentes a 1.333.000 millones de pesos, registraron 235.000 declaraciones juradas y el fisco recaudó, por penalidades en el blanqueo, 82.000 millones de pesos.
Los números multiplican por más de 20 anteriores experiencias en las que buceó el kirchnerismo con escaso éxito y es más valorada en los mercados porque este régimen incluía penalidades.
Lo cierto es que lo blanqueado significa, en promedio y hasta ahora, unos 380.000 dólares por contribuyente. Y los 90.000 millones de dólares parecen, por ahora, la frazada de un inmenso colchón que –según se calcula- incluye activos de argentinos en el exterior por más de un PBI.
Según estimaciones de la OCDE, la Argentina es el octavo país en volumen de capitales en el exterior. La Tax Justice Netword (TJN) estima unos U$S 400.000 millones a 2012, mientras que la consultora local Cefid-Ar estima una cifra levemente por debajo de esa, U$S374.000 millones, en base al cálculo oficial del stock de activos externos, a partir de la posición de inversión internacional (PII), que elabora el Indec, que marcaba U$S205.000 millones, y otros U$S200.000 estaban en el exterior sin declarar.
Toda una paradoja: en un año de vacas flacas, a Prat Gay le dejaron mostrar su mayor activo estando recién echado del Gabinete.