El visto bueno de la CGT le terminó de allanar el camino a la nueva ley de Ganancias que el Congreso aprobará esta semana de manera exprés, con el apoyo del oficialismo, el peronismo ortodoxo, los gobernadores y el massismo, que recompuso en las últimas horas su diálogo con Cambiemos. El kirchnerismo participará este martes de la reunión de todas las fuerzas políticas en el Senado pero aún no definió si le dará apoyo al proyecto.
La cena del domingo en la casa de Sergio Massa - que dejó como nota de color el affaire del sushi borrado de la foto y terminó en el despido del community manager de Graciela Camaño – había comenzado a ablandar las conversaciones entre el Frente Renovador y el oficialismo, tras dos semanas cargadas de tensiones, en las que Mauricio Macri acusó al ex intendente de Tigre de “impostor” y el jefe de Gabinete, Marcos Peña, lo calificó como poco confiable, luego de que se uniera al kirchnerismo en la Cámara de Diputados para votar un proyecto de Ganancias que el Gobierno consideró “inviable”.
“Nuestra satisfacción no es ganar o perder, sino saber que el mes que viene miles de trabajadores van a ver su recibo de sueldo mucho mejor”, intentó cerrar el capítulo Massa el lunes en la Cámara de Diputados. Para ese entonces, el Gobierno ya había sellado el acuerdo con la CGT y el massismo se había anotado algunas victorias. En la cena en casa de Massa, el oficialismo, con el vicejefe de Gabinete Mario Quintana a la cabeza, había querido sacar el impuesto que se cobraría por única vez sobre el dólar futuro y había pretendido mantener las deducciones por hijo hasta los 18 años, como planteaba el proyecto enviado por el Ejecutivo.
“Ustedes quieren beneficiar a los hijos de los ricos”, planteó uno de los interlocutores del oficialismo. “¿Para ustedes una persona que cobrar 40 mil pesos es rica?”, retrucó Graciela Camaño. Pocas horas después, la CGT arremetió por las exenciones: afuera de Ganancias quedarán el 40% de lo que se cobre por viáticos (con un tope de $ 2000 mensuales) y las horas extra. También se podrán deducir los alquileres, algo que el Gobierno remarcó que estaba en su proyecto original pero que ya había sido planteado por Facundo Moyano en la iniciativa que presentó en 2012.
Para el massismo, la medida de fuerza que realizaron los trabajadores de Transporte el lunes por la mañana fue fundamental para terminar de torcerle el brazo al Gobierno. “En la reunión anterior con (Jorge) Triaca, se habían negado a incluir las horas extra y viático. Hoy tuvieron que aceptar”, apuntó un diputado del Frente Renovador.
Pese a las concesiones, en el oficialismo también celebraron el acuerdo. “Logramos un equilibrio que cumple con las expectativas de todos sin encarecer el proyecto original”, explicó una de las espadas de Cambiemos en la Cámara baja. La cuasi nula alteración de los números del oficialismo se explicaría por el foco que puso la CGT en el mínimo no imponible, en lugar de la modificación de las escalas, a la que apuntaba el proyecto del Ejecutivo.
El acuerdo terminará de cerrarse este martes en el Salón Azul del Senado, donde se reunirán a las 17 funcionarios, dirigentes sindicales y legisladores oficialistas y opositores. Previamente el Gobierno se reunirá con los gobernadores, aunque en el oficialismo descuentan que apoyará el proyecto. “Es un proyecto muy barato, lo van a apoyar”, confió una fuente parlamentaria de Cambiemos.
Una hora más tarde, la Comisión de Presupuesto que preside Juan Manuel Abal Medina firmará el dictamen para que el proyecto pueda ser votado el miércoles en el recinto. En el sector que conduce Miguel Ángel Pichetto consideraron el acuerdo alcanzado por el Gobierno y los gremios como “bastante lógico” y aseguraron que ya tiene consenso suficiente en la bancada. En tanto, entre los senadores más identificados con el sector duro del kirchnerismo, todavía no está clara cuál será la posición. “Dijimos que solo íbamos a aprobar el proyecto que salió de Diputados. Ahora sería raro apoyar esto. Mañana resolveremos, cuando tengamos más claro el acuerdo”, dijo a Letra P una senadora de esa línea del bloque PJ-Frente para la Victoria. La votación podría volver a reflejar la fractura del bloque.
En tanto, en la reunión del Salón Azul también estará Héctor Recalde, presidente del bloque del Frente para la Victoria en Diputados, que quedó marginado del diálogo luego de que Massa retomara las negociaciones con el oficialismo. Recalde se reunió el viernes con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, quien lo puso al tanto de las conversaciones con los distintos actores. Desde entonces hasta el lunes, cuando fue invitado a participar de la reunión que tendrá lugar el martes en el Senado, no mantuvo contacto con ninguno de los actores involucrados en la negociación.
El lunes por la noche, los referentes del bloque encabezados por Recalde y el ex ministro de Economía Axel Kicillof – que mantuvo línea directa con Cristina Fernández de Kirchner- terminaban de definir cuál será la estrategia del espacio en la reunión y en la sesión que el oficialismo planea convocar para en Diputados para sancionar la ley ni bien sea girada por el Senado. La idea del oficialismo es "terminar con el tema" esta semana, sin más demoras.