A la Iglesia argentina le “cuesta creer” que uno de cada tres argentinos sea pobre, según señaló la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) en un mensaje navideño en el que, además, hizo un llamado “apremiante” a los empresarios para que inviertan en empleo digno y bien remunerado.
“Cuesta creer” que a un tercio de la población “le falte comida, trabajo, salud, educación e igualdad de posibilidades para progresar”, indicaron los obispos al término de la 175 reunión de la comisión permanente de la CEA.
Los religiosos atribuyeron esta situación social a “los cálculos mezquinos, la especulación financiera y la subordinación del bien común a intereses electorales”, que “no responden a las expectativas y hacen mucho daño al país”.
“Nada es fácil en la Argentina de ayer y de hoy, sobre todo para los que dependen de uno o dos sueldos, y ni pensar si la familia con varios hijos está al margen del sistema laboral y previsional”, advirtió la Iglesia en un documento de siete puntos que llevarán el martes al presidente Mauricio Macri.
“Ahí nuestra nación muestra su peor rostro, porque cuesta creer que en la tierra bendita del pan, a uno de cada tres argentinos le falte comida, trabajo, salud, educación e igualdad de posibilidades para progresar”, agregó.
Los obispos aseguraron que “las estadísticas visibilizan el número de los pobres, pero nunca alcanzarán a reflejar el dolor, la angustia e indignación de los padres que no pueden sostener a sus familias”.
“La emergencia social, declarada hace unos días por el Estado Nacional, nos excusa de dar más ejemplos y comprueba esta cruda y cruel realidad que hoy padecen muchos compatriotas”, sostuvieron.
La Iglesia formuló además “un llamado apremiante a los que tienen algún grado de decisión en la economía argentina, para que inviertan en fuentes de trabajos dignos y bien remunerados”.
“Los cálculos mezquinos, la especulación financiera y la subordinación del bien común a intereses electorales, no responden a las expectativas y hacen mucho daño al país”, aseveró.
32%. El pasado 28 de septiembre, el INDEC reveló que una de cada tres personas que viven en la Argentina se encuentra en la pobreza.
La proporción representa a casi 8,8 millones de personas sólo en los 31 conglomerados urbanos relevados por el organismo de estadísticas, pero la proyección al total de la población arroja un número estimado de 14 millones de pobres.
Ese día, el presidente Macri señaló que el dato "debe dar bronca y comprometer" a trabajar para reducirlo, al tiempo que destacó: "Estamos empezando a tener información real", contra "la manipulación" que le imputó al gobierno kirchnerista, al que le adjudicó la totalidad del problema. Diez meses después de asumir la presidencia, consideró que la difusión de este dato era "el punto de partida" hacia su promesa proselitista de buscar la "pobreza cero", lo que fue entendido como una maniobra para no hacerse cargo de su responsabilidad en la generación de más pobreza a partir de la aplicación de medidas de ajuste que recortaron el poder adquisitivo de los salarios y produjeron la destrucción de más de cien mil puestos de trabajo.