La entrevista del domingo

Daniel Rosato: “No es sano que no haya un ministro de Producción”

El vicepresidente de la UIPBA le pide al Gobierno que defina una política industrial para salir de la recesión y volver a crecer. Y postula a un reemplazante de De la Torre en la cartera bonaerense.

Un ministro nuevo. Y pronto. Ése parece ser el pedido de los industriales bonaerenses ante la virtual acefalía de la cartera de Producción en el gabinete de la gobernadora María Eugenia Vidal. Daniel Rosato, vicepresidente de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIOBA), toma el guante y postula sin rodeos un nombre para el cargo: Agustín O’Reilly, actual subsecretario de Industria, Comercio y Minería provincial.

 

“Necesitamos a un hombre que conozca la realidad de la industria, el día a día”, enfatiza el hombre de Berazategui en diálogo con Letra P.

 

El industrial del sur del conurbano dice que el país está lejos de un escenario como el de 2001, pero reconoce que la crisis económica es profunda y pide una política industrial orientada a las pymes para salir de la recesión.

 

BIO. Vicepresidente de la UIPBA y Presidente de la Unión Industrial de Berazategui. Dirige el Parque Industrial de Plátanos y desde allí conduce las dos empresas familiares, una metalúrgica con 70 años en el mercado (tercera generación familiar) y una papelera. Y también su actividad gremial empresaria, que ejerce desde 1991 y que, asegura, inició en el mismo momento en que su padre murió de angustia por las políticas menemistas que estaban destrozando la empresa. “Trajeron productos baratos y después no había trabajo ni para comprar lo barato”, dice, casi como un símbolo de época.

 

-¿Cómo sobrelleva la industria bonaerense un año económico de crisis, recesión, inflación alta y problemas de empleo?

 

-Con preocupación y con la necesidad de que el Gobierno empiece a orientar una política industrial. El ministro nacional (Francisco Cabrera) habló el otro día en la conferencia anual de la UIA y algunas cosas que planteó nos parecieron bien. Pero el sector tiene problemas de fondo que hay que empezar a resolverlos.

 

-¿Cuáles son los problemas más urgentes?

 

-El ingreso desmesurado de importaciones que golpeó a sectores sensibles de nuestra industria, como el textil, el calzado y la metalurgia. Por eso, la actividad industrial tiene problemas cada vez más graves, pero que se pueden solucionar si hay una decisión del Estado para orientar una política industrial equilibrada, con una economía que no sea ni 100% abierta ni 100% cerrada, pero que proteja a la industria nacional.

 

-¿Cómo toman que en apenas un año ya tuvieron dos ministros de Producción en la Provincia y que ahora ese cargo esté virtualmente acéfalo?

 

-No es sano que no haya un ministro de Producción, por más que tuvimos muy buen diálogo con Elustondo (Jorge, ahora ministro de Ciencia y Tecnología) y con De la Torre (Joaquín, hoy formalmente en Producción pero ya nombrado como ministro de Gobierno). Por eso, queremos que ese lugar lo ocupe Agustín O’Reilly. Es un hombre que viene de la industria, que conoce las problemáticas de las pymes industriales y puede llevar adelante un proceso de cambio y desarrollo para el sector. Y destaco la figura del  actual viceministro por su honestidad, lealtad al trabajo y su compromiso ante los momentos difíciles.

 

 

"Hoy, muchos sectores trabajan al 40% de su capacidad instalada"

-Ustedes reclaman una nueva Ley Pyme y mayor control a las ART. ¿Cuáles son sus objeciones y qué está haciendo el Gobierno al respecto?

 

-El costo de las ART aumentó más del 100% en el año. Pagamos entre 15% y 20% del costo laboral total, mientras que en países como Chile aplican un sistema mutualista, que es el que nosotros queremos aplicar en Argentina, con un costo del 1,5% anual. Sólo con eso podríamos generar con rapidez unos 200.000 puestos de trabajo.

 

-¿Sólo por el costo de las ART?

 

-Sí, porque con otros costos las empresas podrían tomar empleados. Ese costo es ocioso porque sólo beneficia a las ART. El mercado de trabajo está colapsado por la cantidad de juicios laborales, que crecieron 45% respecto al nivel registrado en septiembre de 2015. Este año, cerraremos con más de 122.000 nuevos juicios, alrededor de 15% más que los iniciados durante el año pasado. Eso no beneficia ni a empresarios ni a trabajadores, sino a algunos abogados, médicos y jueces que lucran con la salud del trabajador y con el dinero de las pymes. El proyecto de ley que envió el Gobierno al Congreso no soluciona el problema de las empresas,  porque no elimina la judicialización laboral.

 

 

"La actividad industrial tiene problemas cada vez más graves, pero que se pueden solucionar si hay una decisión del Estado para orientar una política industrial equilibrada"

-¿Cómo enfrenta una pyme un contexto inflacionario del 40% anual?

 

-El escenario de recesión se nota como nunca en el sector. Nadie quiere despedir a un empleado. Ahora hay un pacto por tres meses que veremos cómo funcionará. Pero, si el Gobierno no controla las importaciones y no pone un freno a los aumentos en los costos de la energía, la recesión continuará.

 

-Hicieron un reclamo fuerte en materia fiscal, pero que no difiere de los que vienen haciendo desde hace años.

 

-Porque la carga fiscal a las pymes es la más alta del continente. Pero hoy nos preocupa más la voracidad de los municipios por recaudar, que los lleva a querer convertir a las industrias en agentes de recaudación de las tasas locales de seguridad e higiene. Proponemos reformas impositivas que incentiven el nivel de actividad por un lado y simplifiquen el esquema impositivo por otro. Es como el huevo y la gallina: aumentan los impuestos y baja la actividad, entonces recaudan menos y suben otra vez las alícuotas para hacer caja, pero, si las empresas no funcionan, es un círculo vicioso que termina con cierre de fábricas y más desempleo.

 

-¿En qué capacidad operativa están hoy las pymes?

 

-Lamentablemente, muchos sectores trabajan al 40% de su capacidad instalada, entre ellos la industria textil, la del calzado, la del software, metalúrgica, equipamiento médico y cosmética.

 

-¿Y el bono de fin de año?

 

-Hay empresas que podrán pagarlo y otras que no. No estamos en contra, pero hay sectores que no lo van a poder pagar. Hay muchas empresas que a esta altura del año tenían pedidos de ventas hasta mediados del próximo. Hoy, son muchas las que nos dicen que no tienen ni uno solo comprometido para 2017. Ésa es la realidad que enfrentamos en nuestro mercado interno.

 

 

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