María Eugenia Vidal se prepara para encarar una nueva campaña que la tendrá como figura central a pesar de que no será candidata.
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María Eugenia Vidal se prepara para encarar una nueva campaña que la tendrá como figura central a pesar de que no será candidata.
Con su equipo reorganizado y cierto alivio por el tránsito de casi un año de gestión, la mandataria pondrá el foco en la expansión de la marca Pro y el formato de Cambiemos.
Federico Salvai, reconvertido en jefe de Gabinete, será el encargado de cuidar sus espaldas y de maniobrar los pormenores cotidianos de la tarea política.
A su lado, el futuro ministro de Gobierno, Joaquín de la Torre, se ocupará de la agenda con intendentes y los bloques políticos de la Legislatura. Y, aunque no resulta una empresa sencilla, se le pidió que tramite el vínculo con el radicalismo.
Las fotos de gestión las deberá asegurar el inminente ministro de Infraestructura, Roberto Gigante, un hombre de estricta línea macrista, bastante menos indómito que su antecesor, Edgardo Cenzón, a quien no le interesaba seguir con obsesión el manual de estilo Pro bonaerense.
Vidal espera sortear sin problemas el fin de año, apoyada en los acuerdos políticos que cerró con los movimientos sociales, la asistencia de los planes nacionales y la creencia de que a los jefes comunales de la oposición no les conviene agitar fantasmas de conflictividad.
Para el verano, la orden es alejarse de las playas y focalizar la actividad en el conurbano. La diferencia con el ex gobernador Daniel Scioli, que concentró su actividad proselitista en la costa atlántica, deberá quedar en evidencia.
La comunicación puerta a puerta, con timbreos y visitas “sorpresa”, seguirán siendo parte de la escenografía Pro y, también, de la agenda de los ministros y funcionarios.
“Es lo que le gusta a la gente, lo que les interesa, los identifica”, aseguran fuentes del Ejecutivo.
ELECCIONES. En el sueño vidalista, las listas legislativas que representan a la Provincia están pobladas de figuras jóvenes, de diferentes procedencias y, en su mayoría, poco conocidas.
El neurocientífico y actual asesor del Gobierno, Facundo Manes; la diputada nacional y ex interventora del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Gladys González y jóvenes intendentes del Pro, como Martín Yesa de Pinamar; son varios de los nombres apuntados.
“Nuestra identidad es de cambio, de renovación, de gente joven, nueva, y esa identidad no la podemos perder”, indican fuentes del oficialismo.
Pero esa idea estará inevitablemente tamizada por la situación coyuntural, donde la decisión que tome la ex presidenta Cristina Fernández, el accionar de Sergio Massa y el rol que ocupe Florencio Randazzo en el marco del avanzada de los intendentes del PJ serán de vital importancia.
Aunque la presencia de “viejas figuras” pueda resultar un buen contraste para una lista “joven”, resulta igual una jugada arriesgada que dejaría demasiado expuesta a la mandataria.
LOS NUESTROS. La gobernadora Vidal aceptó (previa mediación del jefe porteño, Horacio Rodríguez Larreta), conciliar su relación con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó.
Sin embargo, su decisión sobre la jurisdicción que tendrá el bonaerense es tajante: no tendrá injerencia en las listas provinciales, aunque se le dejará juego en las nóminas de diputados nacionales por la Provincia.
Esta decisión, que ya conocen los monzoístas, representa un primer punto de conflicto futuro. Aunque su armado es federal, Monzó tiene un interés particular en Buenos Aires y ya alentó el despegue de varios candidatos locales.
Otra situación impredecible es la que atañe a la UCR. Aunque la asunción del vicegobernador Daniel Salvador como nuevo titular del Comité Provincia alineó a los boina blanca en Cambiemos, esto no despeja la posibilidad de futuras rebeliones.
Los radicales se resignaron a reclamar un lugar en el gabinete, al punto de que ni plantearon la vacante que existe aún en el área de Producción -que inicialmente había sido de la UCR-. Pero miran con expectativa la conformación de las futuras nominas seccionales y distritales.
En este proceso, readecuan el Partido y se entusiasman con la reapertura de comités. “Vamos a poner en marcha el Partido, darle mayor visibilidad; poner en valor al radicalismo. Y desde ese espacio vamos a disputar lugares”, aseguró un correligionario a Letra P.