Tras la derrota que sufrió el miércoles en el recinto, al perder el apoyo del bloque de Sergio Massa para aprobar la ley que promueve el régimen de Participación Público Privada (PPP), y luego de que Elisa Carrió trabara el tratamiento de la reforma del Ministerio Público Fiscal, el oficialismo intentará realinear la Cámara de Diputados para aprobar la semana que viene el Presupuesto 2017 y el proyecto de inversiones para obras e infraestructura.
Entre el viernes y el martes, Cambiemos buscará sacar dictamen de la ley de leyes, lo que estaba previsto para este jueves pero se demoró porque todavía no se cerraron las negociaciones con los gobernadores peronistas, de quienes depende de manera ineludible la aprobación del texto tanto en Diputados como en el Senado.
En las últimas horas, representantes de todos los bloques se reunieron en las oficinas de la Presidencia de la Cámara para terminar de afinar los números. Desde Massa, Graciela Camaño y el economista Marco Lavagna; Diego Bossio, por el Bloque Justicialista; los oficialistas Nicolás Massot y Luciano Laspina; el presidente del interbloque Cambiemos, Mario Negri, y el presidente de la comisión de Presupuesto en el Senado, Juan Manuel Abal Medina, los referentes de todas las fuerzas trabajaron en conjunto para sacar la ley. El ex ministro Axel Kicillof también participó de las negociaciones y se reunió este jueves por la mañana con Massot y Laspina en el despacho del jefe de la bancada de Cambiemos.
El oficialismo tiene previsto aprobar el Presupuesto en la sesión del miércoles 2, pero antes deberá sacar el proyecto del régimen de Participación Público Privada, que volvió a comisiones luego de que el massismo se uniera en la votación al Frente para la Victoria. En Cambiemos confían en que el martes próximo el proyecto saldrá de comisiones con todas las modificaciones que se negociaron durante el transcurso de la última sesión, que garantizarían los votos que le faltan en el recinto.
Para eso, Cambiemos necesitará, otra vez, confiar en el acuerdo con Massa, que el miércoles sorprendió al ordenarle a su tropa votar por la vuelta del proyecto a comisiones. Aunque en algunos sectores del oficialismo se apuntó contra la “traición” de Massa, otros operadores comprendieron que el líder del Frente Renovador apeló a esa jugada en un intento por “alinear a su bloque”, que se encaminaba a una votación dividida. “Sergio va a acomodar sus problemas internos. Se van a hacer modificaciones y la ley va a salir. Va a ser todo más prolijo”, asegura un referente del oficialismo.
Pero, más allá del golpe propiciado por Massa, para el oficialismo, los problemas de la sesión del miércoles comenzaron el lunes, cuando Carrió decidió detonar el tratamiento de la reforma del Ministerio Público Fiscal, con la que el Gobierno busca recortarle facultades a la procuradora Alejandra Gils Carbó. “Hay bloques que defienden algunas posturas del oficialismo, como el bloque Justicialista y el Frente Renovador, que después se encuentran con que viene alguien de adentro y rompe todo lo que acordamos. Así es complicado”, analiza un dirigente de Cambiemos que cree que el desafío de las próximas semanas será “volver a recuperar la confianza” para avanzar con las leyes que el oficialismo busca sacar antes del receso de verano.
CONGELADA. En tanto, la embestida del Gobierno contra Gils Carbó quedó, por el momento, sin fecha cierta de tratamiento. Tras las críticas de Lilita, el oficialismo podría intentar la vía del juicio político para remover a la procuradora, aunque ya tiene claro que no tendrá éxito. El propio presidente de la Comisión de Juicio Político, Álvaro González, reconoce hacia adentro del interbloque que los votos para desplazar a Gils Carbó “no están”. “Hacer eso es hacer show, no tiene sentido”, dice un dirigente de la mesa chica de Cambiemos.
En ese escenario, el oficialismo se pondrá a trabajar en los cambios del proyecto de reforma del Ministerio Público que pide Carrió y exigen los fiscales. El Gobierno quiere que la ley esté aprobada antes de 2017. Sabe que las negociaciones con la oposición se complicarán en el año electoral.