En el gobierno de María Eugenia Vidal dan por descontado que la novela del Presupuesto y endeudamiento se resuelve la próxima semana. La estrategia es no insistir con destrabar directamente el problema, sino apostar a que la propia interna del Frente para la Victoria desgaste a sus legisladores y la presión de sus intendentes los obligue a dar el sí.
Después del fracaso que significó la última sesión de 2015, en donde no se aprobó la ley de leyes, ahora todo apunta a que el martes que viene se destrabaría la situación. O al menos así lo creen desde Casa de Gobierno.
Tras aquella noche, ya no es el camporista José Ottavis el hombre con el que negocian, sino que los contactos de la gente de Vidal son con otros actores K, como el Chino Navarro, Walter Abarca y Horacio González. "En la previa de la sesión, Ottavis le admitió en privado a Vidal y Massa que la provincia está quebrada y que entonces estaba comprometido a acompañar", revelaron fuentes de Gobernación, quienes terminaron haciéndole la cruz porque en la noche del último martes los sorprendió diciéndoles que finalmente no podía acompañar el proyecto a raíz de un llamado de la ex presidenta Cristina Fernández.
"Ottavis ahora es un interlocutor válido... parcialmente", definen en Gobernación.
Los enviados de Vidal no van a presionar a los legisladores K porque descuentan que la presión la están sufriendo desde el propio Frente para la Victoria. "Ya hay muchos intendentes que les están pidiendo que aprueben el Presupuesto", aseguran confiados, argumentando que los jefes comunales están desesperados por contar con plata y obras.
Al mismo tiempo, en el gobierno de Vidal atan al Presupuesto absolutamente todas sus medidas de gestión. "Sin el Presupuesto no se puede hacer nada", definen.
Pasadas las 18 horas, en el municipio de Almirante Brown, una veintena de intendentes del Frente para la Victoria llevaban a cabo una cumbre para discutir cómo seguir ante toda esta situación.