Pasó la primera prueba de fuego política del gobierno de María Eugenia Vidal. Tras trabada negociación, la provincia pudo tener el presupuesto. Hubo varios factores que empujaron el tratamiento como por ejemplo la presión de los intendentes del PJ. Los jefes comunales de Cambiemos hicieron poco y nada para meterse en la discusión presupuestaria. Quien llevó adelante en el plano legislativo el rol del vidalismo fue Manuel Mosca; quien luego de chocar con la resistencia camporista haciendo caer una sesión, logró darle al ejecutivo bonaerense las garantías para “festejar”. El camporismo tensó de tal manera la negociación que dejó al bloque al borde del abismo.
La sesión del jueves marcó a los nuevos referentes bonaerenses de Cambiemos y del Frente para la Victoria. El vicepresidente de la Cámara, Manuel Mosca, fue el abanderado de la gestión bonaerense. Del otro lado, el camporista José Ottavis intentó calzarse el rol de conductor pero no pudo sostenerlo. De hecho, en el recinto, el bloque del FpV votó dividido.
Cuando el 29 de diciembre pasado, el Presupuesto no llegó a tratarse y algunos medios hablaban de “sesión del escándalo”; desde el kirchnerismo acusaban a Mosca. “No puede ser que no baje ningún funcionario a reunirse. Así quieren sacar un endeudamiento récord”, se preguntaba enojado un diputado del kirchnerismo y todos coincidían en que no hay diálogo.
Sin embargo, desde Cambiemos opinaban lo mismo. Pero las miradas apuntaban al camporista José Ottavis. El supuesto llamado de Cristina Kirchner –algo desmentido por el camporista y los suyos- hizo que se busquen nuevos interlocutores con la oposición y correr a Ottavis. La estrategia les salió bien.
El Frente para la Victoria armó una comisión de negociación que integraban intendentes y legisladores para hablar directamente con el ejecutivo. Y, además, la diferencia entre los jefes comunales y los representantes legislativos kirchneristas “ayudó” a que el gobierno tenga su endeudamiento.
La cifra para tomar deuda quedó en 60 mil millones de pesos. La Cámpora, con Ottavis a la cabeza, acompañaba un endeudamiento de entre 35 y 45 mil millones de pesos. No hubo acuerdo. Y con la presencia de intendentes y la presión sobre otros diputados del FpV hicieron que varios (veinte en total), desafíen la conducción de Ottavis y voten el endeudamiento.
El futuro del bloque del FpV es incierto. Políticamente lo que más le favorece a Cambiemos es tener un escenario de ruptura. Para tener los dos tercios en votaciones claves necesitan de apenas diez manos desde el peronismo. Para el endeudamiento tuvo veinte.
