El candidato a presidente por Cambiemos, Mauricio Macri, y el líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, se mostraron juntos el lunes por la tarde en un acto en el que se distinguió a recolectores de basura en el edificio de La Usina del Arte, ubicado en el barrio de La Boca.
La foto dio lugar a muchas interpretaciones. Una de ellas, que es la que hizo correr el macrismo, es que el líder camionero selló con ese acto su apoyo al candidato a presidente. Otra lectura, que fogonearon, con saña, el kirchnerismo y el massismo, es que se trató de una “devolución de favores”.
Como jefe de Gobierno porteño, y gracias al subsecretario de Trabajo, Ezequiel Sabor, Macri logró establecer una buena relación con el sindicato que comanda Moyano. El presidente de Independiente elogió el rol de esa dependencia porteña y pidió que pase a ser ministerio, cosa que debería impulsar Horacio Rodríguez Larreta, si quiere mantener el vínculo.
La tercera lectura, también echada a rodar por el PRO, es que Macri busca enviar guiños hacia el peronismo reacio a votar al kirchnerismo. Moyano lo llamó “compañero” al ex presidente de Boca Juniors, todo un halago y un regalo para alguien que se apresta a conquistar esa porción del electorado.
En el evento también estaban el senador nacional Diego Santilli, el vicepresidente 1 de la Legislatura, Cristian Ritondo, y el ministro de Ambiente y Espacio Público, Edgardo Cenzón. Tres hombres vitales para engrosar la relación entre Macri y el gremialista que supo acompañar al Frente para la Victoria hasta el 2011.
Ritondo fue el gestor, siempre con la venia de Macri, que logró que el Club Atlético Independiente cuente con el auspicio del Banco Ciudad en la parte trasera de la camiseta. Hace un año atrás, como adelantó este portal, Moyano mudó 500 millones de pesos correspondientes a Camioneros del Banco Provincia a la entidad bancaria estatal porteña.
Con Cenzón y Santilli, el moyanismo posee vínculos por la generosidad conocida del Ministerio de Ambiente y Espacio Público expresada en los millonarios contratos por la recolección de basura.
Por si fuera poco, Moyano prestó su estructura en noviembre del 2014 para empapelar los alrededores de la cancha del club de Avellaneda con afiches de campaña de la candidata a intendente de ese municipio de la Tercera sección electoral, la macrista Gladys González.
Además, la administración de Macri jamás tuvo inconvenientes con el sindicato de choferes de camiones. El mismo Moyano lo explicó en una frase: “Este gobierno de derecha, o presumiblemente de derecha, fue el primero que le dio la posibilidad de indemnización a los recolectores”.
En la sede porteña hay quienes creen que Moyano apuesta a futuro y quienes advierten que “se sienta con Mauricio porque no le queda otra”. “Con (Daniel) Scioli no se puede sentar y con (Sergio) Massa ya está el hijo”, evaluó un dirigente amarillo.
Los que se imaginan una alianza que perdure en el tiempo en este matrimonio por conveniencia auguran que el líder sindical otorgara apoyo gremial en un eventual gobierno de Cambiemos y que asegurará la ansiada paz social. No pondrá palos en la rueda en el caso de que Macri llegue a la Casa Rosada y garantizará la gobernabilidad. Nada de camiones paralizando el país, como sí los sufrió el kirchnerismo en los últimos años.