Las definiciones del vicegobernador de Río Negro, Pedro Pesatti, desataron la furia de varios dirigentes en el Partido Justicialista (PJ), que exigieron la renuncia de los “compañeros” que jugaron a favor de Alberto Weretilneck en las últimas elecciones y reclamaron la tan ansiada purga que se demandó desde la unidad básica de Viedma.
“Pesatti es el primero en la lista”, le aseguró a este portal el diputado del Frente para la Victoria (FpV), Roberto Vargas, al manifestar la necesidad de una reestructuración partidaria. “Estamos esperando las expulsiones, ni bien pase octubre un montón de personas se irán”, sostuvo uno de los más fervientes defensores del espacio que todavía mantiene Miguel Ángel Pichetto.
Como pudo saber Letra P, la promesa de una purga se concretaría apenas terminen las elecciones de octubre para retener la exclusividad de relaciones con el sciolismo, algo que Juntos Somos Río Negro (JSRN) acaparó por la consolidación de acuerdos que sellaron ministros albertistas.
Los dichos del legislador marcan el andar de un sector debilitado luego de junio, y que exige una "limpieza" para calmar las agitadas aguas del peronismo rionegrino. “El PJ le dio todo a este muchacho (por Pesatti), que elige otro camino en su vida política. Llegó la hora de que los candidatos (a diputados) se pongan la campaña al hombro”, reclama.
Los que tienen que adjudicarse la responsabilidad de la campaña, según Vargas, son el camporista Martín Doñate y Silvia Horne, del Alto Valle, donde uno de los viejos rivales internos de Pichetto (ahora conductor) busca la forma de reorganizar la estructura para mantener supremacía después de llegar a la presidencia.
Desde General Roca no se escuchan definiciones tajantes sobre el futuro de los “traidores”, aunque en el entorno del intendente Martín Soria sostienen que no falta mucho tiempo para comenzar la sangría. “Desde hace un mes que estamos manejando al partido y comenzaron a llover los pedidos de expulsión de los que jugaron con Weretilneck. A esos dirigentes Pichetto no se animó a echarlos”, comenta uno de los principales armadores de Soria.
Los cruces se iniciaron el fin de semana por las declaraciones de otro legislador. Luis María Esquivel (FpV) se refirió a los dichos de Pesatti con ejemplos de los últimos años, cuando el vicegobernador integraba la estructura orgánica sin resistencia. “Es necesario dividir las aguas, no se puede ser parte de Juntos Somos Río Negro y a la vez pretender permanecer en las filas del Partido Justicialista que no comparte en absoluto el espacio político del gobernador Weretilneck”, advirtió Esquivel. Antes, Pesatti había dicho que había "poco peronismo y mucho pejotismo".
Por San Carlos de Bariloche, uno de los territorios más adversos en las últimas elecciones, también se reflotó uno de los mayores inconvenientes para el PJ/FpV de la provincia.
Soledad y rechazo
Contradicciones entre compañeros son una de las causas de la derrota en el distrito electoral más importante de Río Negro. A minutos de reconocerla, la actual intendenta de Bariloche, María Eugenia Martini, dejó en claro que su baja performance fue por culpa de Pichetto. “Después del 14 de junio, la derrota y la crisis del PJ afectó a todo lo que tiene que ver con el FpV”, planteaba.
Antes, Roberto Camba Delgado (titular de la unidad básica) había sido uno de los principales escollos para Martini. Como buena parte del peronismo barilochense, decidió darle la espalda y hasta salió a festejar en las redes sociales la derrota que duele en el pichettismo.
Soria, que no apareció en la foto de la derrota, no evitó las críticas desde la capital. Vargas, contundente, opinó sobre la caída de Maru y le apuntó al mandatario roquense por no acompañar de la forma adecuada: “Pichetto estaba en las buenas y en las malas. La derrota nos dolió”.
El escenario comienza a prepararse y la salida de algunos históricos toma forma.