A poco más de dos meses para las elecciones generales de octubre, la orden impartida en el Frente para la Victoria está sustentada en la persuasión del voto no kirchnerista, que posibilite un triunfo de Daniel Scioli sin la necesidad de poner en riesgo sus aspiraciones presidenciales en una eventual segunda vuelta.
Por ello, y ante una polarización que intentan profundizar aún más, tanto desde el oficialismo como desde el espacio de Mauricio Macri, observan con atención los pasos que pueda dar Sergio Massa y, en base al intento de salir a la caza de parte de sus votantes, evitan las chicanas y las críticas fulminantes.
Una muestra de ello la dio el secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien el último martes por la noche en un programa de televisión no dudó en llenar de elogios al candidato del frente UNA, y hasta explicitó el afecto que siente por él.
“A Sergio lo aprecio mucho, hemos trabajado cuando era Jefe de Gabinete”, lanzó el funcionario nacional, y agregó: “Lo respeto como persona y como político porque es muy claro en sus convicciones y, más allá de que ha tomado un camino diferente al nuestro, yo lo respeto”.
Atrás quedaron los resabios cuando el ex intendente de Tigre decidió romper con el FpV, incluso cuando lideraba las encuestas a comienzos de 2015. “Massa es un kirchnerista despechado”, llegó a pronunciar Berni en mayo de este año.
Sin embargo, con el pulso de la campaña y el apremio de interpelar a los votantes, el cambio retórico se extiende por todos los rincones.
Antes de despedirse, el senador provincial con uso de licencia volvió a definir a Massa como “una persona de trabajo”, y ratificó su “respeto y aprecio”.