PASO 2015

La demora en el escrutinio bonarense posterga el festejo de Scioli

Pasada la medianoche el candidato del FPV ganaba por una diferencia menor a la esperada. El sciolismo quiere llegar al 38 por ciento. La búsqueda de los independientes.

El “Yo creo” de Ricardo Montaner sonaba en loop en el estadio Luna Park. La militancia reivindicaba con cantos a Néstor y Cristina Kirchner, mientras Mauricio Macri y Sergio Massa copaban las pantallas de los canales. La tendencia a favor de Daniel Scioli no era tan abultada como se esperaba pero el candidato oficialista no pudo demorar más su salida. Pasada la medianoche, acompañado por una impecable Karina Rabolini, el gobernador bonaerense hacía su aparición en el escenario del bunker del Frente para la Victoria para celebrar- aunque con cautela- su victoria.

 

“Aunque buscaron sembrar odio, el pueblo votó a favor de este proyecto", dijo Scioli, flanqueado por Rabolini y su compañero de fórmula, Carlos Zannini, también acompañado por su mujer. Más atrás celebraban dirigentes de primera línea del kirchnerismo, gobernadores y ministros de los gabinetes nacional y provincial casi en pleno. Pero el gobernador daba las primeras señales de que los números no eran tan holgados como se creía en la previa. “A los que no nos votaron que sepan que vamos a poner todo el empeño para convencerlos", anunciaba.

 

Cuando aún no se había escrutado ni en cinco por ciento de las mesas de la provincia de Buenos Aires, y la distancia entre el Frente para la Victoria y Cambiemos apenas superaba los cinco puntos, el sciolismo comprendió que ya no quedaba más margen para demorar el discurso de su candidato. “Con la carga de los datos de la provincia, la ventaja se va a estirar. Le vamos a sacar 12 puntos a Macri y 8 a todo el frente Cambiemos”, aseguraba un dirigente de máxima confianza del gobernador.

 

La tardanza en la carga de datos de la provincia de Buenos Aires impacientaba a la dirigencia del Frente para la Victoria, que tenía puestas sus fichas en los votos bonaerenses para asegurarse un triunfo holgado. En las horas previas al cierre de los comicios, el kircherismo especulaba con que el gobernador tenía garantizada una cómoda victoria. Tal era la confianza que el gobernador adelantó su llegada al búnker dos horas: tenía previsto arribar a las 23, pero lo hizo cerca de las 21. Sin embargo, pasada la medianoche, la diferencia no se veía plasmada en los números.

 

En el búnker de campaña del sciolismo comenzaron a hacer cuentas y dirigentes de primera línea empezaron a esbozar la estrategia futura del gobernador. “Daniel va a tener que apuntar a los independientes”, decía un operador de peso. Aunque ponía en duda que el kirchnerismo duro diera el visto bueno a ese plan.

 

“Martín Lousteau, por ejemplo, dijo que votaba en las PASO a Ernesto Sanz pero en las generales no votaba a Macri. Podemos apuntar a esos votos”, razonaba un dirigente sciolista. Desde el Sur, Máximo Kirchner ya había empezado a marcar la cancha en sentido contrario.

 

Aunque sin la presencia de la Presidenta, el kirchnerismo duro dio su respaldo a Scioli en el Luna Park. Los camporistas Eduardo “Wado” de Pedro, Mariano Recalde, Andrés “Cuervo” Larroque y el ministro de Economía, Axel Kicillof, estuvieron en el Luna Park, junto a casi todos los ministros del Gabinete nacional, a excepción del herido Florencio Randazzo, de oportuno viaje por Estados Unidos. También el gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarri – otrora crítico acérrimo de Scioli - aplaudió el discurso del bonaerense, al lado del siempre sciolista mendocino Francisco “Paco” Pérez.

 

El titular de la Anses, Diego Bossio, el senador Juan Manuel Abal Medina, los ministros bonaerenses Ricardo Casal, Silvina Batakis, Nora de Lucía, Daniel Filmus y el moyanista Omar Plaini, se contaban entre los más entusiastas de la noche. Los hermanos del gobernador, José “Pepe” y Nicolás y los voceros Jorge Telerman y Juan Courel celebraron con los famosos Victoria Onetto, Jorge “Acero” Cali, Moria Casán, Sergio Goycochea y Marcos di Palma, que deambularon entre el VIP y el estadio.

 

Después de la una de la mañana, en el búnker sciolista seguían con atención la demorada carga de datos, sorprendidos por la buena elección de Macri y los números no previstos de un Massa que se suponía en caída. En el entorno del bonarense se ilusionaban con alcanzar los 38 puntos y despegarse aún más del líder del PRO. El clima de festejo de la previa se moderaba hacia el final de la noche, a la espera de los números de la mañana.

 

 

 

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Eduardo Toniolli del Movimiento Evita, Marcelo Lewandowski y Juan Monteverde.

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