En un oficio que ni siquiera se molestaron en firmar los ministros de la Corte Suprema, se dio por finalizada la presentación que realizó Elisa Carrió en el mes de junio pasado para evitar lo que ella calificó como “el avasallamiento de la independencia que pretende perpetrar el gobierno mediante la embestida contra el Dr. Fayt”.
Apenas dos páginas alcanzaron para explicarle a la diputada nacional que “no concurre ninguna de las situaciones” que fueron planteadas por ella. Con dicha desestimación, el máximo tribunal de la Nación le negó a la legisladora el ponerse al frente de la supuesta disputa que mantiene con el ejecutivo nacional sobre la edad de Carlos Fayt, quien cumple funciones a los 97 años.
“No corresponde tomar la intervención que se pretende, pues no concurre ninguna de las situaciones que a lo largo de la historia institucional del Poder Judicial, han llevado a la Corte Suprema a poner en ejercicio sus clásicos poderes implícitos, con el objeto de salvaguardar la investidura de los jueces de la Nación", sostiene el documento judicial.
Elisa Carrió había denunciado que desde el oficialismo se buscaba la “muerte por humillación” del magistrado nonagenario. Eso surgió por la decisión de establecer una comisión para investigar el estado de salud psicofísico de Fayt, que permita determinar si se encuentra en pleno uso de todas sus facultades para ejercer su cargo.