Cuentan quienes estuvieron en esa reunión que no hubo ningún juramento, y que las posturas de los presentes en cuanto al futuro estaban claras. Y no sólo Eseverri anunció la partida del armado massista. A pesar de eso, el massismo difundió un juramento inexistente y que terminó en cenizas en cuestión de horas.
Con un escenario nacional ya fuera de los planes, porque el Frente Renovador no pudo hacer pie en ninguna de las provincias, el dirigente de Tigre intenta acordar ser candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires con Mauricio Macri en la boleta presidencial.
No obstante, esta idea es analizada únicamente desde Tigre porque en el partido que gobierna la Ciudad de Buenos Aires desde el 2007 no quieren saber nada con el ex jefe de Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner.
En cualquier escenario, los hombres que integran la “mesa chica” que asesora a Macri entienden que una alianza con Massa resta mucho más de lo que suma al líder del PRO y la idea, siempre presente, de la “tercera vía” es hoy la que corre con mayor ventaja.
Ante ese leitmotiv, impulsado principalmente por Marcos Peña y Jaime Durán Barba, las chances de sumar al ex intendente de Tigre son nulas por este momento. Sin importar si llevarlo como candidato a gobernador traería una victoria para Macri en el hostil territorio bonaerense o una derrota. Por ahora, los asesores del jefe de Gobierno porteño analizan cuatro escenarios “posibles”.
Bajo el escenario número uno, creen que si Macri resulta electo presidente y Massa es gobernador, el líder del FR trabajaría para reagrupar a los intendentes y al peronismo que quedó alejado del poder y entrará en desesperación para voltear la ola amarilla.
El segundo escenario ubica a Macri perdedor y fuera de la Casa Rosada, y a Massa victorioso en la provincia. Evalúan una situación similar a la anterior con el agravante de que el PRO le deja un cargo de visibilidad nacional y Massa sería el único que capitalizaría el acuerdo, mientras el ex presidente de Boca se queda con nada. A su vez, aventuran, con cierta lógica, que el hombre del norte bonaerense se encolumnaría tras el candidato peronista ganador en la nacional y el acuerdo, automáticamente, quedaría reducido a cenizas.
La tercera posibilidad que examina la “mesa chica” de Macri es que ambos candidatos pierdan, tanto en la Nación como en la provincia de Buenos Aires. En ese caso, compartirían la derrota y se repartirían diputados, senadores, intendentes. No obstante, esta chance tampoco deja feliz al PRO porque, teniendo en cuento que el armado del tigrense se desmoronó fatalmente, esta situación le ocasionaría una salida elegante.
Por último, los armadores macristas consideran un cuarto escenario que, al mismo tiempo que es el que prefieren, es el que han intentado desarrollar desde el 2013 y ellos mismos bautizaron como “la tercera vía”. Eso sucedería si el PRO va solo con sus propios dirigentes sin importar si se gana o se pierde, tanto la Nación como la provincia.
Bajo esta lógica, piensan que, casi como una cuestión del destino, se repetirá el panorama del año 2003. En esa oportunidad Mauricio Macri perdió la Ciudad de Buenos Aires a manos de Aníbal Ibarra pero cuatro años después la recuperó y la mantuvo hasta la actualidad. A su vez, confían en capitalizar victorias en Jujuy, con Gerardo Morales, y en Santa Fe, con Miguel del Sel.
Guerra de rumores
Durante la tarde del miércoles 3 de junio circuló una fuerte versión que dibujaba una reunión entre Sergio Massa y el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, justo el día después en que Emilio Monzó y los armadores del PRO-peronismo compartieran un asado.
El encuentro existió y fue confirmado por Letra P, pero lo que no se aclaró es si Massa le pidió la intermediación al hombre de Malvinas Argentinas o si el propio Cariglino se ofreció de intermediario.
Lo cierto es que el jefe comunal de Malvinas Argentinas llamó a Macri para ponerlo en línea con Sergio Massa, pero el tigrense se quedó con las ganas de hablar y esperó durante dos horas que el líder del PRO le devolviera el llamado.
Macri nunca devolvió esa llamada impulsada desde Malvinas Argentinas y envió un mensaje contundente a Cariglino: “Con Massa nada. No hay lugar para Sergio Massa”. Al mismo tiempo, el jefe de Gobierno porteño le reconoció a sus asesores: “No me voy a pasar los próximos dos meses explicando el acuerdo con Massa”.
No obstante, Cariglino insistió. Hasta altas horas de la noche intentó hablar con la primera línea del macrismo para solicitarle que lo ayudaran a que Macri revea su postura y acepte al líder del Frente Renovador.
Después del fracaso de la internvención de Monzó ante la “mesa chica”, para que se le abra las puertas a Massa, en el PRO se instaló fuerte la idea de que “vamos hacia un escenario como en 2013”.
Es decir, los armadores de Macri impulsan un “massismo sin Massa” ya que el tigrense forzó, en 2013, un “macrismo sin Macri”. Y, además, contaron a Letra P, “se dio el privilegio de vetar a Guillermo Montenegro y a Carlos Melconian” y “sólo permitió nombres de baja intensidad electoral como Gladys González, Soledad Martínez”. Luego de la negativa, a Emilio Monzó lo mandaron a “cazar” massistas “dudosos” como Joaquín De la Torre y Walter Queijeiro.
Fue tal ola rumores que hasta el ultra kirchnerista Aníbal Fernández, fiel a su estilo, se dio el lujo de intervenir e instalar un rumor que tal vez sea la chicana más filosa y dura sobre ex intendente de Tigre. “Massa ya acordó y será colectora de Macri”, lanzó el jefe de Gabinete.
Hoy por hoy es innegociable la candidatura de María Eugenia Vidal. Además, la chicana de Aníbal reduce a Sergio Massa a la imagen de un dirigente de menor rango que necesita ser colectora de un armado político de mayor peso.
Mientras la sangría del Frente Renovador y las especulaciones crecen, el jefe de capaña de Massa e intendente de Junín, Mario Meoni, sostuvo en el programa televisivo de Paulino Rodrigues: “No entiendo porque Cariglino y Massa no”.
En seguida, en el programa lo llamaron a Horacio Rodríguez Larreta y el candidato a jefe de Gobierno del PRO lo frenó en seco: “No están abiertas las puertas, no quiero prestarme a especulaciones”.
El camino que evalúa el massismo para las PASO
Por el lado del massismo analizan la presentación de Sergio Massa con Juan Manuel De la Sota como presidente o con boleta corta, con el agravante que el cuerpo de gobernador se encuentra en tercer lugar y deberá encontrar un buen candidato a representante del Parlasur bonaerense y otro buen candidato a diputado nacional.
Por ahora, según pudo saber este portal, esta lista no llevará ni candidato a presidente ni a parlasur nacional. Es una jugada muy arriesgada porque si la discusión se nacionaliza las posibilidades de Massa se reducen aún más.
Es la presión que Massa está ejerciendo para mostrar como un actor “determinante” que puede hacer perder a Mauricio Macri y terminar favoreciendo al kirchnerismo que, con este escenario, ganaría en primera vuelta.