Tras la confirmación de que Carlos Zannini será el compañero de fórmula de Daniel Scioli, todas las miradas están puestas en Florencio Randazzo. El ministro del Interior y Transporte, se reunió este mediodía con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Quinta de Olivos y ahora define si baja su precandidatura presidencial para pelear por la gobernadoción de la provincia de Buenos Aires o si decide dar un paso al costado y mantenerse afuera de la competencia electoral.
"Si no soy candidato a presidente, no soy candidato a nada. Me voy a mi casa", dijo varias veces el ministro del Interior, sobre las versiones que indicaban que se bajaba de la candidatura presidencial para pelear por la provincia. Randazzo, que acusó durante toda la campaña a Daniel Scioli de ser "el candidato del establishment y las corporaciones" y se posiciono a sí mismo como el referente más cercano al kirchnerismo puro quedó desconcertado ayer cuando el gobernador bonaerense anunció que su candidato a vice sería nada menos que el secretario de Legal y Técnica, un pingüino de pura cepa.
Según fuentes de la Casa Rosada, el ministro del Interior se enteró por televisión de la noticia de la desginación de Zannini y estalló de furia. Sus operadores salieron rápidamente a desacreditar la versión de Scioli. "Las operaciones de prensa de Scioli sin limites, no alcanzarán. No se puede tapar el sol con las manos. Nunca Zannini traicionaría a Néstor Kirchner", escribió el presidente de Trenes Argentinos Infraestructura Ferroviaria, Ariel Franetovich, en su cuenta de Twitter.
Randazzo, que había recibido algunas señales positivas a su candidatura por parte de la Presidenta, montó su candidatura sobre gestión en el Ministerio, con la recuperación de los ferrocarriles a la cabeza. Hasta ayer a la noche, los operadores del kirchnerismo aseguraban que el ministro del Interior pensaba rechazar el ofrecimiento de Cristina para que compita por la provincia de Buenos Aires. Su futuro se definirá en la reunión de Olivos.