Daniel Scioli volvió a dejar clara hoy su preferencia por Axel Kicillof. No lo hizo ni tímida ni ocasionalmente: destacó el trabajo del ministro en la cartera de Hacienda horas antes de reunirse con los popes de la Unión Industrial Argentina (UIA), el cónclave del poder económico concentrado donde más rechazo genera el joven ministro. Así, el gobernador bonaerense volvió a dar señales de fortalecimiento en su vínculo con Kicillof, reforzando en simultáneo la versión que los ubica como una de las fórmulas que competirá en la interna presidencial del Frente para la Victoria (FpV) de agosto.
“Yo destaco el trabajo que él está haciendo, porque ha logrado controlar algunas situaciones que eran complejas, de embestidas internas y externas”, dijo Scioli de Kicillof. Y mencionó sus manejos en asuntos calientes, como el nivel de reservas, el control inflacionario o el manejo del mercado interno. Eso sumó a la frase más concluyente, soltada horas antes: “no se puede excluir a Kicillof del próximo gobierno”.
En las entrañas del kirchnerismo ven cada vez con mayor atención el futuro de un eje de poder clave: el Congreso. Por eso sube en las apuestas la chance de que el ministro de Defensa, Agustín Rossi, encabece la lista de candidatos a diputado del FpV por Santa Fe. Y volvería a ocupar la presidencia del bloque, algo que por ahora niegan en los despachos oficialistas de la Cámara baja, que reconocen la conducción del Chivo pero no quieren generar tensiones con la actual jefa de bancada, Juliana Di Tullio.
Pero la principal preocupación de Cristina no sería el futuro en Diputados sino en el Senado. En la Cámara baja, la presencia cada vez más amplia de La Cámpora en el bloque aparece como una salvaguarda, independientemente de lo que pueda ocurrir con el alineamiento de los peronistas más ortodoxos en un cuadro de Scioli presidente. Pero en la Cámara alta los números son más ajustados y las chances de perder soldados es más probable. No por nada se eligió a la camporista Anabel Fernández Sagasti como candidata a senadora por Mendoza. Es porque saben que hacia el interior del oficialismo, ya sin Cristina en el poder y con Scioli como su posible reemplazante, va a crecer una tensión por ahora solapada entre el PJ tradicional y el cristinismo de paladar negro.
A esta lógico respondería la chance de sumar a Kicillof como vice de Scioli. Con Axel en la presidencia del Senado, Cristina tendría ojos y manos de confianza al mando de un cuerpo clave, que no sólo trata los mismos proyectos que Diputados sino que tiene atribuciones propias y cruciales. ¿Cómo cuáles? Nada menos que la designación de fiscales, jueces y, para nada menor, ministros de la Corte Suprema de Justicia.
Hoy el rol del presidente del Senado, a cargo de Amado Boudou, es prácticamente secundario. El que toma las decisiones es el jefe de bloque, Miguel Pichetto. Pero en Olivos confían en que el rionegrino se consagre gobernador este año, dejando un vacío de poder en una transición difícil. De hecho, cuentan en el Congreso que en el bloque de senadores del FPV están preparando a José Mayans, vicepresidente de la bancada, para tomar los discursos de cierre cuando haya sesiones y Pichetto esté ensalsado en su campaña proselitista.
A RANDAZZO TAMBIÉN. La fábrica de rumores que emerge del peronismo no cierre con las chances de cerrar la dupla Scioli-Kicillof. Para el otro precandidato a presidente del FpV, Florencio Randazzo, Cristina también tendría un apuntado para ponerle como vice. El nombre que suena es el del actual secretario General de la Presidencia y una de las cabezas de La Cámpora, Eduardo “Wado” de Pedro. Con cualquiera de los dos, Kicillof o De Pedro, la Presidenta se aseguraría hombres de confianza y de probada lealtad al mando del Senado.