Este jueves, la fundación La Alameda denunció que el kirchnerismo porteño intentó presentar en una lista de comuneros a un hombre llamado Rodolfo Jesús Novo que había fallecido en el año 1997; es decir, 18 años antes de celebrarse la elección que se realizó el 26 de abril.
La intención estuvo pero el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) negó la habilitación de la nómina porque previamente la Junta Electoral Partidaria había detectado problemas y los había comunicado al máximo tribunal porteño. Entonces, la boleta jamás llegó al cuarto oscuro y no estuvo en el acto eleccionario de ese domingo de abril en el que el PRO fue el gran ganador.
El Frente para la Victoria participó de las elecciones primarias de la Ciudad de Buenos Aires con siete candidatos a jefe de Gobierno: Mariano Recalde, Gabriela Cerruti, Aníbal Ibarra, Carlos Heller, Gustavo López, Carlos Oviedo y Víctor Ramos.
Ramos, ex titular del Museo del Cabildo, presentó lista de legisladores y también de comuneros. Luego de conocerse la denuncia, se apuró a decir que su nómina, Revolución Urbana, sólo había presentado candidatos a Juntas Comunales en las comunas 4, 8 y 9.
Su explicación es certera pero, al mismo tiempo, anida un engaño. El 7 de marzo de este año venció el plazo para presentar listas de precandidatos para las tres categorías (jefe de Gobierno, legislador y comunero) y Revolución Urbana hizo su presentación formal, como el resto de las nóminas k.
El espacio de Ramos presentó boleta de candidato a jefe de Gobierno, de legisladores y de representantes en las comunas 1, 4, 8 y 9. Es decir, avaló la candidatura de Rodolfo Jesús Novo en la comuna 1, a pesar de su muerte.
Diez días después, el 17 de marzo, la Junta Electoral Partidaria comunica al TSJ el total de las listas presentadas por el Frente para la Victoria, en las que estaba el candidato a comunero muerto denunciado por La Alameda. La función de la Junta Electoral Partidaria es recibir los nombres de los distintos postulantes y cotejarlos con el padrón electoral porteño, que administra la jueza María Servini de Cubría, para corroborar la legalidad de los candidatos y detectar eventuales falencias.
Según pudo saber este medio, la Junta Electoral Partidaria, monopolizada por Juan Manuel Olmos y el PJ, no registró ningún inconveniente, no se percató de que estaban habilitando un candidato fallecido y enviaron la documentación al máximo tribunal sin dudar.
Trece días después, el 30 de marzo, la Junta Electoral del kirchnerismo volvió a revisar la nómina de sus precandidatos y detectó el bochorno de Ramos. Rápidamente, se lo comunicó al máximo tribunal porteño para que proceda a dar de baja la lista entera de Revolución Urbana en la Comuna 1.
Finalmente, el 8 de abril, a menos de veinte días de la elección, el TSJ evidencia el bochorno que, en primera instancia, dejó pasar por alto la Junta Electoral Partidaria. Luego de afirmar que el propio tribunal había autorizado esa nómina y que se había equivocado, terminó por inhabilitar la nómina de Ramos y salvarlo de un escándalo mayúsculo que, con el correr de los días, terminó por destapar La Alameda.
Algunas versiones sobre la denuncia indicaban que la lista estuvo en las mesas de votación de las PASO porteñas pero eso no es real. Después de todo ese engorroso procedimiento antes descripto, ocasionado principalmente por el apoderado del partido de Ramos, el Tribunal Superior de Justicia presentó las boletas de todos los candidatos de los partidos que participaron de las primarias y la boleta de los candidatos de la Comuna 1 de Revolución Urbana no estaba, porque la nómina ya había sido dada de baja.
Así las cosas, la denuncia de La Alameda fue por robo de identidad de nombre y documento porque se suplantó la identidad de la persona fallecida. Las miradas sobre la bochornosa situación se fijaron en Víctor Ramos, pero también en el apoderado de su partido, porque es él quien debió controlar que la firma de cada candidato de Revolución Urbana existiese y no sea falsa o adulterada.
En diálogo con InfobaeTV, Ramos negó la veracidad de la denuncia y hasta habló de la posibilidad de una “conspiración internacional”. “En nuestras listas no figura y nunca figuró. En la Comuna 1 no presentamos candidatos a comuneros, sólo presentamos a jefe de Gobierno y a legisladores. Es una mentira, un error o una conspiración internacional”, marcó el ex titular del Museo del Cabildo y referente de la Villa 21-24.
El ex precandidato a jefe de Gobierno por el kirchnerismo se equivoca. Revolución Urbana sí presentó lista en la Comuna 1 pero el Tribunal Superior de Justicia y la Junta Electoral Partidaria se avivaron a tiempo y salvaron a Ramos de un escándalo inusitado en la Ciudad de Buenos Aires.