Más allá del escenario nacional, en donde Daniel Scioli y Florencio Randazzo encabezan las encuestas dentro de la interna K, con Sergio Urribarri, Agustín Rossi y Jorge Taina también luchando por lo mismo, en la provincia de Buenos Aires se da un particular ejemplo de superpoblación de pretendientes a ocupar un mismo puesto. Es en territorio bonaerense en donde el pedido de Cristina tiene un mayor número de receptores.
La potente irrupción del jefe de Gabinete Aníbal Fernández marca un antes y un después en esta interna provincial, que se calienta con el correr de los días. “Ahora cambia todo”, repiten desde los distintos bandos dentro del Frente para la Victoria bonaerense, reconociendo que el lanzamiento de este peso pesado K es el fin del sueño de muchos otros.
Y viejo lobo, el hasta hace poco senador redobla la apuesta y critica a sus pares por no hacerse cargo del mensaje presidencial. Él da por obvio que las palabras de Cristina no fueron dirigidas hacia su persona, entonces este lunes salió a realizar declaraciones picantes: “parece un chiste, la jefa de Estado pidió un baño de humildad y todos salieron a ratificar su candidatura”.
Es que en el Congreso del PJ del último viernes en Parque Norte, uno a uno, gran parte de los precandidatos fueron ratificando su idea de competir por la Provincia.
De esta manera, además del ex intendente de Quilmes en los noventa -cuando Menem era presidente y Duhalde gobernador-, quienes asoman con más fuerza para intentar ganar la interna y suceder a Scioli son el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación Julián Domínguez y el titular de la ANSES, Diego Bossio. “El lanzamiento de Aníbal fue muy fuerte; y es un golpe para Julián”, dijeron en el gabinete naranja, agregando además un detalle que no es menor: “la gente de Bossio estuvo llamando a intendentes para que no vayan al acto”.
Por eso, los principales tres candidatos son ellos. Y tal vez terminen siendo los únicos tres. Aníbal, ex intendente, con experiencia en gestión y en cada uno de los cargos que le tocó ocupar en estos 12 años de kirchnerismo, con un imponente lanzamiento y ultrakirchnerista al extremo, parece ser el más fuerte. Pero no tiene armado territorial en Provincia, algo que también le sucede a Bossio, que a pesar de ser el más joven de los candidatos K y en su momento insinuado por Cristina como su preferido, aún no cuenta con la trayectoria necesaria que se debería tener para comandar el gobierno provincial. Domínguez, por su parte, es el candidato de muchos dirigentes del PJ. Lo definen como el que reúne todas las condiciones: ex intendente y con poder como titular de Diputados, pero hoy por hoy midiendo poco en las encuestas. Es quien recibió con más fuerza el golpe interno tras la confirmación de la candidatura de Aníbal.
Escalones más abajo se encuentran Patricio Mussi, Sergio Berni, Fernando Espinoza, Martín Sabbatella, Fernando Navarro y Martín Insaurralde.
El intendente de Berazategui fue el único que, luego de las palabras de Cristina, puso en duda su precandidatura al revelar en la previa del Congreso del PJ que si ella se lo pide, se baja. Incluso estaría cerrado que en realidad competirá como vice de Domínguez, algo similar a lo que parece ocurrirá con el secretario de Seguridad de la Nación, pero con Bossio. Las últimas fotos juntos entre el senador en uso de licencia apenas asumió y el tandilense refuerzan esa versión, que desde ambos sectores confirman por lo bajo.
Al intendente de La Matanza le cuesta mucho hacerse fuerte por fuera de su distrito, incluso a pesar de los piropos que el ex motonauta le dedica de vez en cuando. En Mar del Plata, por ejemplo, en plena temporada de verano y con toda la ciudad pintada de naranja, al mandatario bonaerense se lo escuchó presentar al jefe comunal como “el futuro gobernador”. Pero el titular del PJ provincial no levanta en las encuestas, mismo problema que tienen los demás.
Lo del titular del AFSCA va en esa sintonía, sumado a que al ser la cabeza de Nuevo Encuentro no tiene feeling con el PJ duro. Más si se tiene en cuenta que fue uno de los principales críticos –y en duros términos- de Scioli, luego de inclusive enfrentarlo en las urnas a él y a Néstor Kirchner antes. Lo del Chino Navarro es parecido, en el sentido que pertenece al Movimiento Evita, que su candidato a presidente es Jorge Taiana y que llegó hasta a burlarse de Scioli porque “es un desastre, es muy malo, es muy simpático verlo jugar al fútbol” y que “uno asocia su forma de jugar con su forma de hacer política”. Su bajo nivel de conocimiento, sumado a que cuando quiso ser intendente de Lomas de Zamora no le fue bien, forma un cóctel para nada favorable.
¿Qué más decir de Insaurralde? Su peculiar jugada le terminó saliendo muy mal, al menos por ahora. Junto con el gobernador se puso la campaña K en 2013 al hombro, luego de haber sido el elegido por Cristina. Pero sus frecuentes apariciones en los programas de chimentos junto a Jésica Cirio y sus fotos y charlas coqueteando insólitamente con su anterior rival Sergio Massa lo apartaron de la discusión. La Cámpora le hizo la cruz, y pese a que tiene un buen número en las últimas mediciones, el derecho de piso que pagaría por “volver” al FPV sería nada más y nada menos que no estar en la boleta oficial.
Santiago Montoya, Cristina Álvarez Rodríguez y Carlos Castagneto son otras de las opciones.
Los primeros dos, funcionarios provinciales, son los sciolistas que hablan de continuar y mejorar lo hecho hasta el momento por su jefe político. La sobrina nieta de Evita no se anima aún a exteriorizar con todas las letras sus ganas de gobernar la Provincia –muchos la mencionan como la virtual vice de Espinoza-. El titular del Grupo Bapro tiene experiencia en gestión pero poco conocimiento en la gente. Insiste con realizar un debate entre todos los precandidatos K, pero nadie le responde. Por su parte, el marido de Alicia Kirchner también se juega unas fichas, aunque sabe que las perspectivas no son las mejores, luego de perder cada vez que se presentó en anteriores elecciones: por la intendencia en La Plata y por la presidencia de Gimnasia.
Párrafo aparte para Gabriel Mariotto, que con el paso del tiempo pareciera que ni él tiene en claro su horizonte: de entorpecer la gestión de Scioli comandando pedidos de informe y hasta comisiones de investigación en su contra, a candidatearse, fogonearse hasta el hartazgo en su propio portal como su sucesor, y transformarse en el principal soldado naranja, hasta el día de hoy, que permanece por fuera de la discusión interna.
El baño de humildad
Por cadena nacional, la presidenta les pidió un baño de humildad a todos. "A la fuerza política quiero pedirle un baño de humidad, y una mirada más atenta", dijo desde Chaco la semana pasada.
“Es bueno y legítimo querer ser presidente y gobernador. Y uno puede llegar a pensar también que uno es el más capacitado para esa función, pero no olviden que el resto de la sociedad tiene que creer que es el más capacitado. Es necesario que todos tengamos una mirada más amplia y colectiva, que abandonemos los egos personales y personalistas. Si creemos que esto es un proyecto colectivo, que la patria es el otro, tengamos esa actitud y contribuyamos todos con seriedad y responsabilidad", agregó.
Así, puso de ejemplo a Capitanich al decir que "después de haber recuperado el Chaco, con dos gestiones fantásticas, no tiene problema y va a la intendencia. Para los verdaderos dirigentes políticos no hay cargos menores, hay responsabilidades superiores".
Habrá que ver si con el correr de los días, y sobre todo cuando “baje la espuma del lanzamiento de Aníbal”, como dicen varios operadores bonaerenses, empiezan a caer soldados.