Si bien desde el ministerio de Seguridad de Alejandro Granados intentan calmar la situación desmintiendo un malestar generalizado en la policía, lo cierto es que tras la suspensión del partido entre Arsenal y Aldosivi de hace dos semanas, el clima se calentó más de la cuenta.
“Lo que pasó ahora fue que tanto en Laferrere como en Sarandí le pegaron muy fuerte a la policía”, recordó una fuente del Aprevide, detallando además que “desde el gobierno se baja la orden de no reaccionar porque hay vecinos de por medio; entonces las barras van al frente y organizan emboscadas de una manera muy violenta que muchas veces no puede ser respondida y terminan agredidos gravemente (la policía)”.
En Sarandí el partido se suspendió después de tan sólo media hora de juego por las detonaciones que se escuchaban provenientes desde la calle. Allí la barra local se enfrentó con la policía y destrozó un patrullero a la fuerza, además de casas aledañas al club. El jefe del operativo no garantizó la seguridad de los espectadores.
Después de ese momento se dejó trascender el rumor de que la policía se había cansado de quedar tan expuesta –esto sumado a lo que sucedió en Laferrere a principios de marzo, con la agresión salvaje de la barra cuerpo a cuerpo hiriendo a 14 efectivos-.
“Los policías saben que cada vez que los barras se desmoronan, provocan desmanes y ellos reaccionan, luego reciben un tirón de orejas”, agregó la misma fuente, por eso también se percibe que “hay mucha bronca de los policías contra los barras”. “Cuando las barras deciden sacarse de quicio, se arma lío de nuevo, en cualquier momento”, expresaron.
Pero a pesar de este contexto, desde Seguridad intentan mantener los pies sobre la tierra y minimizar un posible panorama negro a futuro.
“En el caso puntual de Arsenal, los policías no pudieron hacer nada, están sin armas letales y no pueden tirar gases a mansalva porque están las familias alrededor, además eran pocos”, aseguró una fuente de aquel ministerio.
Al mismo tiempo, hay un sector de la policía que continúa reclamando por lo bajo mejores condiciones a la hora de salir a la calle y hasta malestar porque “la policía federal cobra mucho mejor a la hora de trabajar en los operativos”.
“Los mayores problemas están en la zona de Lanús, ahí es donde hay más canchas; la departamental Lanús es donde más servicios de cancha hay, desde el viernes al domingo”, le describieron a Letra P allegados a la bonaerense, revelando que “una de las condiciones que puso la policía para seguir haciendo cancha es que no haya público visitante. Eso supuestamente debería ir levantándose a partir de que hay 15 mil nuevos policías trabajando, pero la realidad es que los nuevos no están en condiciones de repeler el accionar de una barrabrava, eso lo hacen los viejos. No han tenido el entrenamiento suficiente”.
“Hay un malestar y al momento del choque con las barras, el policía siempre va a salir perdiendo”, agregaron, haciendo hincapié en la imposibilidad que tienen de contar con armas, tras la prohibición del por entonces ministro de Seguridad Ricardo Casal. Todo, después de que un efectivo ocasionara la muerte de un barra de Lanús en el Estadio Ciudad de La Plata, en junio de 2013, lo que posteriormente provocó la decisión del gobernador Daniel Scioli de prohibir a los visitantes.
Por último, desde el gobierno provincial, agregaron que “la policía que hace los operativos está preparada para esto y saben cómo tienen que actuar”, concluyendo que “esto es política y llegan las elecciones, hay muchos que dicen cualquier cosa, siempre lo mismo”. Aunque en off, varios reconocen que el alerta por nuevos enfrentamientos es constante.