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La viuda de Rodolfo Walsh, Lilia Ferreyra, será velada en la sala Cortázar de la Biblioteca Nacional, con sus restos trasladados a Junín, su ciudad natal.
Ferreyra se exilió en México poco después de que la dictadura asesinara a su compañero en una emboscada en la esquina de Entre Ríos y San Juan, a cargo de un escuadrón de la Armada, cuando repartía copias de su célebre “Carta Abierta a la Junta Militar”, en marzo de 1977, a un año del golpe.
Pese a que se conoce su suerte final, el cadáver de Walsh no apareció nunca y hoy el escritor integra la numerosa lista de desaparecidos.
Ferreyra regresó del exilio en los años 80 y entre otras cosas desempeñó una labor periodística en el diario Página/12; además, se integró al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), que dirige el periodista y ex compañero de militancia de Walsh, Horacio Vertbisky.
Fue también la representante del Estado nacional en el Ente Público tripartito que administra el Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex ESMA). En gobierno kirchnerista, testimonió en 2010 en el juicio a los responsables del crimen de Walsh, en el marco de la causa ESMA.
La Secretaría de Derechos Humanos expresó su “profundo pesar” por la muerte de Ferreyra y su titular, Martín Fresneda, dijo que “su ejemplo quedará en la memoria de todos los argentinos. Y seguramente se reencontrará con Rodolfo para descansar en paz”.
“Hoy es un día muy triste para todos aquellos que tuvimos el privilegio de compartir años de fatigas, ilusiones e incertidumbres con Lilia Ferreyra”, declaró, por su parte, Oscar González, secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional.