Las presiones peronistas sobre la marplantese no surtieron efectos en su decisión en la madrugada del domingo. Vilma Baragiola no escuchó los consejos de su amigo y actual diputado del Frente Renovador, Ricardo Jano. Tampoco siguió la línea de Cecilia Moreau.
Horas antes a la convención de Gualeguaychú el peronismo se había metido con fuerza en las negociaciones. Sanz pudo bloquear la presión -principalmente massista-para confluir en una gran interna que también incluya a Sergio Massa, tal como quería Julio Cobos, el diputado Ricardo Alfonsín, o el Senador Nito Artaza por ejemplo.
Si embargo, y pese también a que en los últimos tiempos, Baragiola había retomado contacto con Ricardo Alfonsín, Baragiola jugó la propia.
Removida de la presidencia del concejo deliberante, la concejal marplatense ya no mide en las encuestas como lo supo hacer luego de vencer en las elecciones de medio término del 2013.
Es que sin la boleta oficial en aquellos comicios, Baragiola aprovechó el furor Massa y mandó a sus militantes días antes de las elecciones a repartir casa por casa la boleta del Frente Renovador a nivel nacional conjuntamente con la de ella en el orden local.
Este fin de semana se definió por Macri. La jefa del bloque de concejales de la UCR, Cristina Coria, defendió la que tomó no sÓlo Baragiola, sino también Daniel Katz y Gustavo Serebrinsky.
“Había tres opcione. Una, minoritaria, era seguir en el espacio ya desgranado del Frente Amplio Unen. La segunda opción era incorporar al Frente Renovador, que tiene mucho de un exkirchnerismo enojado con el actual modelo. Y la tercera era la propuesta de Sanz de sumar al Pro. Si hay que elegir entre el Frente Renovador y el Pro me quedo con el Pro” dijo Coria en declaraciones radiales a FM Residencias. Una determinación que también cala hondo en los planes de Sergio Massa a nivel municipal en Mar del Plata.