El bloque del Frente Renovador en la Cámara baja provincial es un hervidero en la discusión por la presidencia de la bancada y, ante la tropa revuelta, quien decidió bajar a intentar instaurar el orden que aún no logró sellar es el propio Sergio Massa.
Con negociaciones truncas y recelos que afloraron, el tigrense buscó a distancia imponer en la presidencia del bloque a un leal soldado, Ramiro Gutiérrez. Sin embargo, al no generar consenso ni simpatía entre la gran mayoría de sus pares, el legislador oriundo de Dolores decidió dar un paso al costado.
Pero esta decisión no aminoró la tensión ya que tres diputados mantienen sus aspiraciones de conducir la bancada y la fumata blanca aún no llegó a horas de tener que tomarse una decisión al respecto.
Por tal motivo, el líder del FR decidió encargarse personalmente del asunto y dirigirse al Palacio Legislativo en la capital provincial para poder forzar el consenso. Por lo pronto, los legisladores que suenan para el cargo son Juan José Amondarain, Lisandro Bonelli y Rubén Eslaiman, quien ya ha sido jefe del bloque massista.
Más allá de este último antecedente, quien llevaría las de ganar es Bonelli, al tenerse en cuenta su perfil joven que cuaja con la impronta renovadora que siempre buscó darle el tigrense a su espacio.
Lo cierto es que el enojo del futuro presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Sarghini, ya se ha deslizado por los pasillos de la Legislatura, malestar no menor al que tendría Massa, quien tendrá que demostrar la muñeca de conductor para poner orden en su tropa.