La transición

Los ex caciques del PJ se aferran a la última porción de poder

Busca retener la presidencia de la Cámara de Diputados. Espinoza le pidió una audiencia a Vidal. Pero la gobernadora electa ya cerró acuerdo con Massa.

Golpeados por la derrota en la provincia, y cruzados por nacientes internas, los caciques del PJ bonaerense juegan su última ficha para retener la presidencia de la Cámara de Diputados de la provincia. Con el argumento de sostener la primera minoría, le exigen a la gobernadora electa, María Eugenia Vidal, que les "respete" la conducción del cuerpo. 

 

El cargo lo ocupa en la actualidad, y desde hace varios períodos, el diputado de Ituzaingó Horacio González.

 

Saben que el macrismo eligió de aliado parlamentario al Frente Renovador, y acordó la presidencia para el massista Jorge Sarghini y la vice, para el vidalista Manuel Mosca.

 

En la lógica del doble comando, donde ambas autoridades tienen firma y competencia en todas las decisiones, el pacto cierra de manera redonda para ambas fuerzas.

 

Pero deja fuera al todavía oficialismo. Para los peronistas, la pérdida de la presidencia, más allá que deberían compartir las decisiones con el PRO, es un duro golpe a su estructura.

 

Por eso, días atrás, el titular de la bancada de diputados del FpV, Fernando Navarro, pidió que Vidal les respete la presidencia.

 

Esgrimio como argumento la primera minoría que efectivamente tendrán a partir del próximo período ordinario.

 

En sintonía, el jefe del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, retomó este reclamo, conciente del acuerdo que la mandataria ya cerró con el massismo.

 

“Queremos que se considere el número de diputados y senadores de Frente para la Victoria, pues las versiones periodísticas aseguran que Cambiemos y el massismo habrían acordado darle la Presidencia de Diputados al Frente Renovador, no queremos sorpresas en ese sentido”, afirmó a través de un comunicado de prensa.

 

Y aseguró que junto a sus legisladores y jefes comunales, pedirán una audiencia a Vidal para tratar el tema.

 

“La idea es que el encuentro pueda producirse antes del viernes”, aclaró, ya que ese día se votarán las autoridades de las cámaras.

 

Conservar la presidencia no solo funciona como lugar de poder, sino también podría ordenar un poco la caótica situación que vive por estas horas el bloque.

 

La derrota incentivo las peleas y los viejos rencores, y la idea de la ruptura está a la vuelta de la esquina.

 

Camporistas, territoriales, dominguistas, randazzistas, del movimiento Evita y apenas un sciolista intentan sostener un equilibrio que puede implosionar en cualquier momento.

 

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