Pocos días antes de su salida del poder, Cristina Fernández de Kirchner logró imponer nuevamente su voluntad. En la reunión que mantuvo el martes con los gobernadores en Casa Rosada, la Presidenta anunció su decisión de que Héctor Recalde sea el nuevo jefe del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja. Sin embargo, la resolución todavía no fue confirmada oficialmente a los diputados, que ya están furiosos por la imposición.
La intención de los gobernadores del PJ era imponer como jefe del bloque al sanjuanino José Luis Gioja y armar una mesa federal, con diputados de diferentes provincias, para contener a los representantes del peronismo en todo el país. Los diputados consideraban, además, que ya no había margen para que la jefatura del bloque quedara en manos de un representante de la provincia de Buenos Aires, una provincia que se perdió en la elección del octubre.
Además, promocionaban al jujeño Eduardo Fellner, presidente del PJ y gobernador que finaliza su mandato el 10, para la Auditoría General de la Nación. Todo había sido acordado por los mandatarios provinciales en la reunión que mantuvieron tras el ballotage en el Banco Provincia, junto a Daniel Scioli. Sin embargo, primó la voluntad de la Presidenta, que impuso a Recalde en Diputados y al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para la Auditoría General.
“Habrá sido por la devolución de la coparticipación”, aventuró una fuente del bloque, sobre las razones de la rendición de los gobernadores. La Presidenta decidió en las últimas horas eliminar por decreto la detracción del 15 por ciento de los fondos coparticipables que efectuaba sobre las provincias para financiar a la Anses. Eso alivió a los gobernadores, que aceptaron las decisiones de Cristina sobre las nuevas autoridades del bloque y la Auditoría.
Pero más allá de los gobernadores, la decisión cayó muy mal en el bloque de Diputados, que a dos días de la sesión preparatoria, aún no fue notificado. “La realidad política del PJ reclamaba otra situación. Había que tomar las decisiones por consenso. El partido necesita unidad y esto no ayuda”, dice un diputado de peso en el oficialismo.
Con el nuevo esquema, todo indicaría que Gioja se convertirá en vicepresidente segundo de la Cámara, un cargo menor para quien ya fue presidente del cuerpo y tres veces gobernador provincial.
Si bien Recalde es un hombre respetado por todo el bloque, algunos consideran que su nombramiento, a la par del de Echegaray, le dan un sesgo “centralista” a los movimientos del oficialismo, que acaba de perder las elecciones y necesitará del respaldo de los gobernadores si pretende volver a ser gobierno.
Entre los diputados del interior hay quienes aseguran que los gobernadores presionarán para conformar la mesa federal de diputados, por debajo de Recalde. Así, buscarán contener a los representantes de las provincias, que ya empezaron a mostrar rebeldía en la última sesión de la Cámara baja. Ese día, varios pegaron el faltazo y otros dieron quórum pero abandonaron el recinto y dejaron la sesión al borde del fracaso.
Tal fue el caso de tres diputados riojanos, que se levantaron de sus bancas tras recibir un llamado del gobernador, Luis Beder Herrera. Según trascendió, el mandatario provincial habría sido intimado por Mauricio Macri, quien lo amenazó con no enviarle el dinero necesario para el pago de sueldos y aguinaldos si no sacaba a sus legisladores del recinto. “Para evitar eso, tenemos que armar un bloque cohesionado, comprometido. Por eso necesitamos una representación federal”, dice un diputado del interior.
En medio de esta crisis, los diputados se verán las caras este miércoles por la noche, en un restaurante de Costanera, donde se reunirán para despedir a los que terminan sus mandatos. Será el primer encuentro tras la escandalosa sesión del último jueves y el momento en que, tal vez, recibirán oficialmente las decisiones presidenciales.