El gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, tiene un gran desafío en 2016: consolidar el partido que lo catapultó a otro mandato luego de su traumática llegada al poder, darle amplia mayoría legislativa a partir del 10 de diciembre y alcanzar con candidatos del riñón sólo nueve municipios de 39 en su provincia, que todavía tiene al Frente para la Victoria (FpV) como principal fuerza territorial.
El diálogo con Mauricio Macri es otro de los retos que se le presentan justo en el tiempo que mejoraba la relación con el peronismo que tendrá, en sus diferentes líneas internas, la mayoría de los legisladores nacionales a excepción de Sergio Wisky (Cambiemos), poseedor de la línea directa con Balcarce 50 dentro de ocho días.
Juntos Somos Río Negro (JSRN), el sello del gobernador, obtuvo un contundente triunfo contra el peronismo en junio y logró hacer pie –con fuerza propia– en El Bolsón, San Carlos de Bariloche, Cinco Saltos, Barda del Medio, Río Colorado, Villa Regina, Chichinales, Allen y Catriel en los diferentes momentos electorales del año. En Cipolletti, el intendente electo Aníbal Tortoriello (ARI-Cambiemos), quien se hará cargo de una de las ciudades más importantes del Alto Valle, mantiene diálogo fluido con la Casa de Gobierno y aparece como posible aliado.
“No veo condicionamientos para lo que viene”, le admitió Tortoriello a Letra P al ser consultado sobre la relación con el gobernador más allá del apoyo de Weretilneck a Daniel Scioli y de su elección por Macri.
La potencia del FpV, que no fue un problema a mitad de año, vuelve a presentarse como desafío. Las derrotas de Abel Baratti primero, y de María Eugenia Martini después, no impidieron que sostenga 15 comunas. Martín Soria, reelecto por más de 70 puntos el 3 de mayo en General Roca, convirtió su dominio en un territorio hostil para el albertismo que fue controlado y apenas descontó puntos cuando Miguel Ángel Pichetto jugó por la Gobernación.
Su rol estelar en el Partido Justicialista (PJ) lo posiciona para lo que viene y, aunque lo desmienta, se consolida como la principal alternativa al gobierno provincial. El ambicioso plan buscaría el apoyo de hasta los que no tienen pertenencia justicialista, aunque una fuente de su entorno asegura que el hijo del Gringo “sólo piensa en la gestión”.
Aliados
El dominio morado se mantiene en algunas regiones de la provincia. Luego de la catástrofe del 2011, tiempo en que la Unión Cívica Radical (UCR) rionegrina quedó en ruinas, y Nación comenzara a presionar al ejecutivo, Weretilneck se respaldó en los correligionarios para subsistir en el ámbito legislativo y retribuyó favores en las localidades que jugaron para su boleta el 14 de junio. 11 distritos fueron los que se quedó la UCR, entre ellos Viedma.
La capital rionegrina fue un triunfo simbólico. José Luis Foulkes venció a Juan Manuel Pichetto en un anticipo de la derrota kirchnerista que Baratti (en mayo), Pichetto padre y Maru Martini sufrieron por el efecto arrastre del triunfo verde, con tinte bordó, que posibilitó la continuidad del proyecto provincial. Ingeniero Huergo, Chimpay, Darwin, Guardia Mitre, Valcheta, Comallo, Ingeniero Jacobacci, Ñorquinco, Maquinchao y Los Menucos son el grupo de intendencias radicales que establecieron una fuerte relación con el mandatario provincial que no dudó en utilizar las regalías petroleras para aceitar el vínculo en campaña.
Legislatura y Gabinete: claves de gestión
Lo que es un escenario complejo, se convertirá en un territorio más que favorable. JSRN gozará de amplia mayoría en la Legislatura de Río Negro que pasará de la actual ventaja K a un cambio de mando beneficioso para el oficialismo provincial. De las 46 bancas disponibles, 26 serán para JSRN, 17 para el FpV, dos para el frente progresista que llevó como candidata a la senadora nacional Magdalena Odarda y sólo un representante para el radicalismo.
Como vicegobernador, Pedro Pesatti enfrentará una tarea más sencilla con el nuevo mapa. Alejandro Palmieri, hoy ministro de Economía, será el jefe de un bloque fuerte y uno de los sostenes para la gestión que, sin representantes directos en el Congreso, busca llegarle a Macri. Fuentes de Cambiemos le explicaron a Letra P que el diálogo será la apuesta, al igual que en la provincia, para sortear la clara desventaja de representatividad. Wisky, quien prometió ayuda a la provincia, será el nexo.
El Gabinete, por ahora, no tiene grandes cambios. Sólo se confirmó la salida de Palmieri reemplazado por el tesorero Isaías Kremer y en el Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte Silvina Arrieta dará su impronta. “El desafío de la próxima gestión es que sea mejor que la actual”, decía el compañero de fórmula de Soria padre en 2011 cuando entregaba los diplomas de los legisladores electos.
Otra de las cuestiones que preocupaba era el presupuesto 2016. Según el proyecto que envió su propio equipo técnico, Weretilneck tendrá casi un 40 por ciento más a lo previsto para este año. “La idea es más proyección”, explicaron desde la Casa provincial.
El efecto que pretende el oficialismo con la continuidad de obras, la “prestación eficiente” de servicios básicos y el mantenimiento de “buenos indicadores” en materia económica, son los grandes desafíos para la etapa que se viene y la apuesta de un gobierno que sorteó varios obstáculos para su reelección.