La disputa por el sillón de la AFA llega a su fin este jueves. Por ahora, nadie se anima a dar un vencedor, porque el rejunte de porotos está muy parejo de un bando y de otro. Ambos se creen ganadores. Marcelo Tinelli intentó lograr alguna señal decisiva en los últimos días desde el entorno del nuevo presidente. Se trata más de una elección política que otra cosa.
La semana pasada cerró con dos fotos que permiten interpretar distintas señales. Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal se mostraron junto a Tinelli. Pero Daniel Angelici –ariete judicial del PRO– prestó la Bombonera para que Segura cierre su campaña y de paso se juntó con Hugo Moyano -presidente de Independiente- para darle un espaldarazo final al presidente de Argentinos Juniors en licencia.
Existe un cortocircuito entre Macri y Tinelli, que va desde el apoyo que el conductor y su socio Cristobal López dieron a Daniel Scioli hasta algunas maniobras con obra pública en la provincia de Buenos Aires -operaciones dirigidas por Daniel Scoltore- que a Macri le contaron en los últimos días y que no le gustaron cómo fueron concebidas.
Pero al ex presidente de Boca tampoco le cierra Segura, a quien ve como un cómplice absoluto de los manejos que el kirchnerismo ha realizado en el negocio del fútbol. Otro dato: Segura tiene llegada a varios jueces federales que apostaron por Scioli, entre ellos Ariel Lijo, juez del caso Ciccone.
Es por eso que el presidente electo tomaría distancia de ambas propuestas aunque en la letra chica esté más alineado con las propuestas de Tinelli que con las de Segura. Reformular el negocio de la televisación del fútbol, instalar topes salariales en los equipos -al modelo estadounidense- y que todos los clubes se sometan a auditoria permanente, son ideas de Tinelli que Macri, en mayor o menor medida, suscribe. De ahí la esperanza del dueño de Ideas del Sur de que el ingeniero a último minuto baje línea para que el elegido sea él.
Cerca de Segura existía temor sobre las declaraciones que Alejandro Burzaco -ex CEO de TyC- podría formular en Estados Unidos, donde está detenido por la trama de sobornos en la FIFA y la Conmebol. Pero lo cierto es que Burzaco continúa declarando y el contenido por ahora no ha implicado medidas concretas. Su mayor interés no es hacer daño, sino lograr una condena de no más de dos años y que en lo posible se cuente el tiempo que lleva de arresto domiciliario en un apartamento de Manhattan.
Por todo esto, la elección está muy pareja, y recién cuando se cuente el último voto de una histórica elección -tras el reinado eterno de Julio Grondona-, se sabrá quién manejará los hilos del fútbol argentino en los próximos años.